La pandemia de coronavirus están provocando cambios tan profundos que hasta el acoso escolar «se transforma» debido al parón escolar, los grupos burbuja y las clases semipresenciales. Eso sí, sigue siendo un problema que preocupa a alumnos, clase política, docentes y familias, con múltiples aristas y de difícil solución. Los casos de bullying descendieron el curso pasado motivado por las restricciones COVID; en contrapartida, aumentan las agresiones grupales entre jóvenes, pasando de un 43,7 % en 2018 y 2019 a un 72,6 % en 2022; mientras que seis de cada diez alumnos cree que los centros escolares se lavan las manos ante una situación de acoso y una alta proporción del alumnado percibe que los profesores no intervienen.
Estas son las principales conclusiones que se desprende del IV Informe sobre acoso escolar de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, que recoge la opinión de estudiantes y docentes, y que en esta ocasión ha contado con la participación de una quincena de alumnos de Balears. Así, uno de cada cuatro alumnos (24,4 %) percibió el curso pasado que existía acoso escolar en su clase, una cifra por encima de la del año anterior, cuando lo detectaba el 15,2 por ciento de los estudiantes, pero una percepción que sigue por debajo de la de 2019, que se situaba 34,1 por ciento. En cuanto al ciberbullying, el informe de este año revela que «la percepción de su incidencia desciende», ya que un 8,2 % piensa que alguien en su clase es víctima de ciberbullying (16 puntos porcentuales menos que el curso pasado).
Otros datos tener en cuenta: el ciberbullying afecta mayoritariamente a una única persona. La novedad en este ámbito es que, si bien WhatsApp sigue siendo el principal medio por el que se produce el ciberacoso (66,9 %), entran en escena otras redes sociales como son Instagram (53,1 %) y TikTok (48,6 %).
Bullying en Balears
¿Funcionan los protocolos antibullying? Según los últimos datos del Instituto para la Convivencia y el Éxito Escolar (Convivèxit), el curso 2020/21 aumentaron los casos de acoso, así como las peticiones de asesoramiento relacionadas con el malestar emocional, la depresión y las conductas autolesivas, con la apertura de 308 expedientes, de los que 87 fueron valorados finalmente como casos de bullying; en comparación, el curso anterior 2019/20 se abrieron 262, de los que 69 siguieron adelante. Estos datos podrían llevar a la Conselleria d'Educació, que ya puso en marcha el curso 2016/17 un protocolo estandarizado para todos los centros de las Islas, a plantearse una revisión.