El atún en lata es uno de los alimentos más socorridos a la hora de preparar una comida rápida, demás de contar con numerosos nutrientes. Tiene vitaminas, proteínas, minerales y omega 3.Los podemos utilizar en ensaladas, en pizzas, empanadas y en muchas otras versiones. Pero a pesar de ser una fuente rica de omega 3, consumirlo en exceso tiene su parte negativa. Entonces, ¿es malo comer atún en lata? La respuesta es no, siempre que no se sobrepasen unas dosis concretas.
Uno de sus beneficios nutricionales es que es graso rico en proteína magra y ácidos grasos Omega 3, caracterizado también por una importante presencia de vitaminas del grupo B: B2, B3, B6, B9 y B12, además de vitaminas liposolubles A y D. Su niacina reduce el colesterol y sus nutrientes son buenos para la piel, la memoria, el corazón o el estado de ánimo. Al tratarse de un pez graso de gran tamaño, el problema reside en la cantidad de mercurio, un metal tóxico y pesado que pasa a tu organismo.
Analizando la presencia de mercurio entre productos frescos, la OCU determinó que el atún y el pez espada son los pescados con mayor cantidad del metal al tratarse de peces predadores, grandes y longevos. Mientras, almejas, calamares, pulpo, langostino, lenguado o salmón presentan proporciones mucho más bajas. Por su parte, la Asociación Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomienda a los grupos de población especialmente vulnerables no consumir pescados como el atún.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, lo recomendable es limitar el consumo en personas adultas sanas a dos latas de atún a la semana como máximo. Las embarazadas no deben comer atún fresco, y deben limitar el de lata a unos 170 gramos semanales, según las recomendaciones de la FDA.
Ingerir demasiado mercurio durante el embarazo puede ser peligroso para los bebés, así como los niños pequeños. A medida que el cerebro de un niño se desarrolla, absorbe rápidamente los nutrientes y el mercurio puede causar problemas de aprendizaje y retrasos en el desarrollo. Otras investigaciones han demostrado que la exposición al mercurio está relacionada con la presión arterial alta, así como niveles más altos de colesterol malo LDL y un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón.