El vuelo directo entre Nueva York/Newark-Palma ha echado por tierra todas las previsiones turísticas, políticas y empresariales de Balears en el buen sentido de la palabra. United Airlines lanzó un órdago empresarial para ver cómo se podía comportar el mercado más allá de los vuelos tradicionales a Madrid o Barcelona desde los aeropuertos de Estados Unidos. La elección de Son Sant Joan no era banal, pero sí la decisión de los directivos de la aerolínea que tras la pandemia iniciaron una estrategia expansiva de nuevas rutas. Y no era banal, en este suma y sigue, porque el aeropuerto palmesano es el mejor conectado de todo el Mediterráneo y cuenta como valor añadido ser un auténtico crisol de mercados turísticos, a parte de contar con una población residente acostumbrada a viajar más allá de los destinos peninsulares y europeos. Tener un ‘non stop' a Nueva York era tener una carta marcada, de ahí la excelente respuesta del mercado local y del turismo norteamericano hacia Mallorca. No se ha dejado nada en el tintero. Todo se ha pergeñado a la perfección y la reacción de la cúpula directiva de United Airlines así lo confirma.
El anuncio de la nueva ruta intercontinental se tomó en un principio como una broma, pero en la última edición de Fitur-Madrid de enero la situación dio un vuelco. Los representantes de la aerolínea en España cerraron todos los flecos con el Consell y el Ajuntament de Palma. Lo único que pidieron los norteamericanos fue ayuda logística, impacto promocional y dar las máximas facilidades administrativas. La respuesta de AENA fue rápida y excelente, como también lo fue la apuesta política del Consell, la Fundación 365 y del propio Govern. Captar un mercado emisor tan importante como el estadounidense y aprovechar el know how de United con su ‘hub' (centro de distribución de tráfico) de Newark, no era una cuestión baladí. Al final, las previsiones han superado la realidad y la ruta se va a consolidar porque la respuesta en origen y destino ha superado las previsiones más optimistas. Los vuelos en ambos sentidos registran ocupaciones medidas superiores al 85 % y la aerolínea, en estos momentos, sopesa ya con visos de realidad la petición del Consell y la Fundación 365 de Cort de ampliar los meses de operación en 2023 y dejar un vuelo durante los meses de temporada baja y media.
Y en el éxito de esta ruta hay que contabilizar el trabajo de muchas personas, tanto aquí como al otro lado del charco. El interés es máximo y la actuación promocional directa del Ajuntament en Manhattan de estos últimos días, no hace más que demostrar que cuando se hacen bien las cosas y hay ganas, el éxito está asegurado.
Touroperadores, las agencias de viajes de Balears englobadas en Aviba, hoteleros de Palma y de resto de la Isla, así como la oferta de restauración y complementaria no hacen más que dar saltos de alegría porque, por fin, parece que se podrá consolidar un mercado emisor con un poder adquisitivo medio-alto y con un gran potencial en el turismo premium. Es lo que busca Palma y es lo que quiere en Consell y Govern para potenciar la calidad turística y mirar menos los números de llegadas de pasajeros en el aeropuerto o en el puerto. La pandemia ha abierto el horizonte y plasmado que Mallorca y Palma lo tienen todo a nivel turístico. El resto de destinos competidores miran con cierta envidia el éxito del vuelo intercontinental y ya han comenzado a echar cables a la aerolínea para ampliar rutas.
Lo que pasó en la sala de autoridades el pasado día 3 de junio, con la llegada del primer vuelo, no hizo más que corroborar el interés de United y la respuesta positiva del destino Palma. El todo suma, más en esta ocasión, es dar un salto cualitativo y poner a Mallorca como referente de destino que busca la calidad turística como objetivo prioritario.