Muchos respiran ya aliviados. Este jueves han terminado, al fin, los exámenes de Selectividad y empieza, una nueva etapa vital. Es tiempo de disfrutar y aprovechar las vacaciones de verano más largas de sus vidas: hasta mediados de septiembre no volverán a las aulas. Lo que más llama la atención es que, a pesar del paso de las generaciones, las respuestas de los alumnos apenas varían. Prevalecen los nervios del principio, la mezcla de ilusión e incertidumbre por los inminentes cambios y la alegría al salir del examen. El ajetreo aún se hacía patente este jueves en el campus de la Universitat de les Illes Balears (UIB). En cuestión de un cuarto de hora, las calles, desiertas hasta entonces, se abarrotaron de estudiantes a las 11h. Algunos, comentando las respuestas de su última prueba. Otros, preparando ya la siguiente, apuntes en mano. Es el último sprint. Eso sí, lo que predominaba ya, no era el estrés, sino el cansancio de tres días enteros repletos de controles y con los sentimientos constantemente a flor de piel.
Más fácil de lo esperado
En general, todos coinciden en que ha sido mucho más fácil de lo imaginado. Lo complicado, explican, fue el primer día, cuando aún no sabían a lo que se enfrentaban. Superado el primero de los exámenes, el de Historia de España (para la mayoría, el más difícil por la cantidad de temario), el resto ha ido rodado. Según Ariadna Sastre «han quitado mucho nivel en comparación con el año pasado. El texto de latín casi no tenía dificultad. Me ha extrañado. Han sido fáciles». Coincide en ello Marc Bergas, que lo atribuye a la opcionalidad. Debido a la pandemia, se pueden elegir las preguntas a responder entre los modelos A y B, cuando antes el alumno se debía de decantar por completo por uno de los dos exámenes. A Mariola y Antonia aún les quedaba la prueba de alemán. «Matemáticas me lo esperaba más difícil. Pero Inglés, de las asignaturas más fáciles, lo han complicado», explicaba Antonia. Su amiga recalcaba que Castellano también lo habían realizado sin apuros. «Nos hicieron bastante regalo, la verdad». Quieren estudiar el Doble grado de Educación Infantil y Primaria y el de Economía y Turismo, respectivamente.
Lo que suscita cierta polémica es la diferencia de exámenes entre comunidades autónomas. Nuria Pérez, en cambio, ve con buenos ojos que se adapten las pruebas: «El nivel puede ser diferente. En Andalucía hacen una hora menos de Historia de España y sería injusto que tuvieran las mismas preguntas». Sin embargo es la única entre sus tres amigas que está a favor. A Martina Font le indigna que en otras partes en el examen de Historia de España se hayan tenido que ordenar cronológicamente hechos cuando en las Islas se ha pedido desarrollarlos.
Dispersión y liberación
Para muchos, será la última vez que compartan aula. Algunos llevan siendo compañeros desde el colegio y tendrán que afrontar la separación en septiembre, cuando partan a estudiar a Barcelona, Madrid o Granada. Es el caso de Lucía Vidal y Marc Bergas. Ella viajará a la capital catalana a formarse en Arquitectura, mientras Marc se quedará en la UIB, en el grado de Física. Hay quien, como Nuria Pérez, se mudará -si la da la nota- a Alemania para cursar Estudios Ingleses. Por suerte, Lucía Villalobos y Carmen de España emprenderán juntas esta nueva aventura rumbo a Madrid, donde estudiarán Diseño de Moda y Derecho.
¿Qué van a hacer nada más acabar los exámenes para los que llevan dos años preparándose? Muchos como Álvaro Couce o Ariadna Sastre lo prioritario es descansar. Esta última tiene muy claro que, a las 19:30h de este jueves, al salir de la última prueba va a ir directa a la cama: «Me voy a ir a dormir a casa. Llevo tres noches sin dormir y no puedo más». Sin embargo, a otros les pueden las ganas de celebrarlo: «Salimos de fiesta», responden al unísono Lucía Villalobos y Carmen de España. «Han organizado una fiesta para la gente que termina Selectividad, así que para ahí que nos vamos», cuenta Lucía entre risas.
Tras esta época de tanta tensión, queda disfrutar al máximo del verano. Viajar es ahora una de las prioridades y entre los destinos más populares entre los estudiantes mallorquines destacan las fiestas de Sant Joan, en Menorca. Otros anteponen su carrera profesional o el ahorro al disfrute, como Lorena Jimeno, que quiere acceder al Grado de Estudios Ingleses de la UIB. Intentará trabajar de traductora durante las vacaciones, para inciarse en lo que, espera, sea su futura profesión. Les esperan meses de cambios, de adaptación y de encaminarse, paso a paso, a una nueva vida.