La Direcció General d'Espais Naturals i Biodiversidad, adscrita a la Conselleria de Medi Ambient i Territori, ha presentado sus observaciones a la propuesta de designación de un área particularmente sensible en el noroeste del Mediterráneo para la protección de cetáceos, promovida por la Organización Marítima Internacional (OMI) y que incluye zonas al norte de Baleares, la totalidad del litoral catalán y el propio corredor de cetáceos entre las Islas y Catalunya. La dirección general, con Llorenç Mas al frente, considera justificado «el establecimiento de medidas mitigadoras de la probabilidad de colisión con cetáceos, complementarias a otras propuestas del Govern como la moratoria de prospecciones submarinas y otras actividades generadoras de contaminación acústica incompatibles con la presencia de especies».
En este sentido, la dirección general propone «la velocidad de navegación a un máximo de 13 nudos. Esta propuesta debería ser de obligado cumplimiento al menos en los meses de máxima probabilidad de interacción con rorcuales, de marzo a junio ambos incluidos. Igualmentese recomienda no sobrepasar en ningún caso los 19 nudos en toda el área propuesta por la OMI y durante todo el año. A esa velocidad, en base a la experiencia acumulada, es posible incluso maniobrar para evitar un rumbo de colisión». En esta misma línea, se recomienda la presencia de un marinero vigía, «presente en algunos barcos», y se apunta que el radar puede llegar a detectar algunos cetáceos en superficie si las condiciones marinas son de calma.
De esta modo, el departamento autonómico cree «conveniente y necesario, al menos en la zona comprendida entre Catalunya y Balears, que la medida propuesta pase de recomendación a obligación, aunque podría ser matizada con un calendario relativo a la mayor densidad de cetáceos en las épocas de paso migratorio de rorcuales». Cabe destacar que estas alegaciones han sido consensuadas con la Generalitat de Catalunya y la Generalitat Valenciana.
El apunte
Descarga normal, intencionada o por accidente de contaminantes
Además del riesgo de colisiones y la contaminación acústica, la Direcció General d’Espais Naturals i Biodiversitat destaca que «en el transcurso de operaciones normales, pero sobre todo en caso de accidentes o actividades contaminadas intencionadas, los buques pueden descargar una gran variedad de sustancias: hidrocarburos, mezclas aceitosas, materiales nocivos líquidos o sólidos, aguas fecales, basura, organismos acuáticos nocivos y agentes patógenos».