El rector de la UIB, Jaume Carot, ha respondido a un grupo de más de 70 profesores de la UIB que ha elaborado un manifiesto en el que sus firmantes han expresado su «preocupación por los hechos ocurridos el pasado jueves en nuestra universidad». Como se recordará, los psicólogos y académicos José Errasti y Marino Pérez tenían previsto ese día presentar en la Facultat d'Educació su libro Nadie nace en un cuerpo equivocado: éxito y miseria de la identidad de género. Finalmente, la presentación fue suspendida por el Consell de la Direcció de la UIB «ante la imposibilidad de garantizar las condiciones de seguridad» por la concentración, en los exteriores de la facultad, de representantes de entidades ‘trans' que consideraban que la intervención de Errasti y Pérez atentaba «contra los derechos de nuestro colectivo». Hubo momentos de tensión, gritos y empujones a los que querían asistir a la presentación.
En su respuesta, el rector indica que la decisión de la suspensión «fue un acto de responsabilidad ante los asistentes» y que «los hechos que se estaban produciendo sobrepasaron la capacidad de los medios de seguridad disponibles». Carot destaca que «el Consell de Direcció ponderó todos los derechos en conflicto y los riesgos que se debían asumir. La decisión de suspender el acto fue ajustada a las circunstancias que se dieron en esos momentos, ya que no se podían garantizar la libertad ni la seguridad de todo el mundo, ni el debate abierto y constructivo. Entendemos el malestar existente y lamentamos que la UIB se convirtiese en el escenario de unos hechos contrarios al espíritu de la institución».
Los profesores firmantes del manifiesto señalan que «la cancelación de un acto universitario destinado a presentar determinadas ideas recorta la libertad de expresión de los que querían defenderlas y, asimismo, la libertad de información de los interesados en escucharlas». «Estas libertades amparan también el discurso molesto, incluso el que pueda ser percibido como ofensivo e hiriente y ante el cual se puede ejercer también la libertad de expresión en forma de protesta. Está bien establecido judicialmente que es necesario conciliar la libertad de expresión de quien quiere exponer su punto de vista con la de quien, legítimamente, quiera protestar pacíficamente y expresar su opinión contraria», indican los miembros de la comunidad universitaria. Finalmente, apuntan que «pedimos a la UIB que, en próximas ocasiones, se puedan garantizar las libertades de todo el mundo en temas que son de interés público y que no pueden quedar excluidos del conocimiento universitario».