Tres furgonetas y un tráiler cargados de ilusión, paciencia y esperanza y 2.500 kilómetros de carretera. También, por supuesto, de ayuda humanitaria. Hasta 43 palés con material sanitario y alimentación destinado a las familias ucranianas que ahora lo necesitan. Este es el final de la campaña ‘Ucrania, no estás sola' de la ONG Llevant en Marxa. La última fase de una iniciativa que empezó semanas atrás y que ha involucrado decenas de ayuntamientos, empresas y particulares que han permitido que la expedición fuera una realidad.
El viaje solidario empezó el domingo pasado y ya se acerca a su fin. Primero fueron las furgonetas, que el miércoles se dirigieron Vyšné Nemecké, la frontera entre Eslovaquia y Ucrania. El grupo de conductores ha estado formado por Joan Amengual, Bosco Llona, Tomeu Barceló, Tomeu Mascaró, Laurent Gilles y Eduardo Rebollo. Otro grupo que había viajado en avión les esperaba en Eslovaquia. Entre ellos, Mar Castanyer, Guillem Deyà, Constança Amengual y la ucraniana Silvya Slyvka.
Se reunieron en Kosice y juntos se dirigieron al territorio neutral fronterizo. A medida que se acercaban por carretera el ambiente cambiaba: menos tráfico y un silencio que anunciaba la entrada en una zona delicada.
Joan Amengual explica que sintió un fuerte contraste entre la ilusión por ayudar y la enorme tristeza al ver las refugiadas que van llegando constantemente. El hecho que no hubiese hombres impresionó a Eduardo Rebollo, quien también destaca lo jóvenes que eran los soldados ucranianos. Para Tomeu Barceló, la situación se resume en tres palabras: «Silencio, solidaridad y tristeza».
Mientras a la ida vieron muchos convoyes de ayuda por carretera, a la vuelta se han sorprendido de los tanques que siguen subiendo hacia el norte. «Tomas conciencia de que esto no ha terminado», añade Barceló. El grupo está a punto de finalizar su misión. Se embarca esta noche en Barcelona para llegar este sábado a Palma.