El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, considera que «la de este año es una Pascua con connotaciones propias, mezcla el anuncio gozoso por vivir la Resurrección del Señor y de debilidad por la todavía no desaparecida COVID y la dolorosa realidad de una guerra del todo injusta», en referencia al conflicto en Ucrania. En una carta con motivo de la Semana Santa, el obispo señala la dificultad de «permanecer indiferente» ante «las escalofriantes imágenes de víctimas inocentes abandonadas en medio de las calles o colgando de edificios destruidos, incluso sus propias casas». «Sin embargo, siendo las cosas así, nuestra fe en Cristo resucitado nos obliga a vivirlo con los ojos de la fe, con actitud de esperanza y con el ardor del amor de caridad. Son los efectos de la resurrección en vivo, que hoy debemos vivir con convicción creyente», indica.
En la misiva, el obispo invita a «vivir intensamente» los días de Semana Santa y el tiempo de Pascua, que «son una magnífica ocasión para poner en activo y en rodaje participativo a todo el ser cristiano». «No digamos que somos cristianos si no nos apuntamos a hacerlo, no nos camuflemos en una fe que dice que no es practicante, puesto que de este modo irresponsable pondríamos en evidencia nuestra incoherencia», dice.
A su juicio, durante el tiempo de la pandemia y ahora también «en tiempos de guerra», es «bueno y loable» acudir a la oración, al Evangelio, a los textos claves de los profetas, a los salmos y a la celebración de la Eucaristía y del Perdón. Como evento singular dentro de la Semana Santa, Taltavull invita a la población a la Misa Crismal, que tiene lugar el miércoles santo, día 13 de abril, a las 18.00 horas en la Catedral de Mallorca. En esta se bendicen los aceites santos.