Restaurantes de Mallorca han tenido que subir sus precios entre un 10 y un 15 por ciento para hacer frente el incremento de costes de las materias primas con las que elaboran sus platos. Así lo han confirmado el presidente de Mallorca CAEB Restauración, Alfonso Robledo, y el presidente de la asociación de restauradores Arema, Jaume Colombás. En este punto, Robledo ha precisado que no han repercutido toda la subida, porque en muchos casos llega al 30 por ciento, y son conscientes de que no es asumible para los ciudadanos, que también están sufriendo en sus economías domésticas los efectos de una inflación disparada. También ha puntualizado los problemas que tienen los restaurantes de temporada, que ya tenían encargadas las cartas y no pueden actualizar los precios por el sobrecoste que ello les acarrearía; los establecimientos que ofrecen productos de mercado lo tienen más fácil.
Colombás ha añadido que algunos restauradores están optando por modificar las cartas, ya que no pueden seguir ofreciendo los mismos platos a los precios de hace unas semanas y son conscientes de las dificultades de sus clientes para pagar determinados precios. «Lo primero que recortan los ciudadanos cuando disponen de menos dinero es el ocio», ha reconocido. Los productos que más se han encarecido son los aceites (no sólo el de girasol, el de oliva también está subiendo), la leche, la mantequilla y la carne.
El presidente de la asociación de restauradores Arema también ha señalado que al incremento de costes de los productos de alimentación hay que añadir la subida del precio de la electricidad. «Donde pagábamos 1.600 euros de luz ahora pagamos 4.000 euros». Además, ha subrayado que el precio de los alquileres también ha subido un 6,5 por ciento por el IPC. Todo ello ha motivado que muchas empresas hayan optado por cerrar algunos días entre semana, generalmente los lunes y martes, con la finalidad de poder prescindir de personal.
Ante este panorama, Robledo ha recordado que los restauradores aún no se han recuperado de la crisis derivada de la pandemia COVID-19; que les obligó a cerrar durante meses y a soportar duras restricciones, así como a realizar importantes inversiones -como en medidores de aire- para poder volver a abrir sus establecimientos.
Los caprichos se pagan y salen caros y eso creo que todo el mundo lo sabe! El salir fuera se hacía o se hace en ocasiones especiales o en unos días determinados. Lo que pasa es que ahora no se sabe hacer nada que no sea estar sentado en un bar o terraza para consumir cualquier refresco, cerveza para el postureo y la fotito y colgarla en las famosas y estupendas redes sociales. Esta es la cultura de la actual sociedad, el consumismo!! Pues nada sigan consumiendo pero después no se quejen! Yo he dejado de pagar el alquiler abusivo en Palma, me he ido a fora vila y en un mes hemos ahorrado más de 2000€ y he salido a comer o a cenar 2 veces y ahora me iré dos fines de semana de viaje!! Qué cada uno saque sus conclusiones.