Marga Mateu, de 58 años, no se podía creer que había aprobado unas oposiciones de auxiliar de enfermería y encima con un notable. Una profesión que ejerció durante 15 años. Y hablamos en pasado porque desde hace más de un año un cáncer anal y luego de hígado le frenó los pies por un tiempo. A pesar de todo, su enfermedad no le impidió estudiar con ganas:«Sacarme la oposición era un reto para mí.Era como decirme que yo puedo con todo y voy a salir de esta, como también de mi cáncer. Esta alegría no me la quitará nadie».
Sus dolores de espalda comenzaron en 2019, pero no fue hasta julio de 2020 cuando tuvo que ir a Urgencias. Marga se enfrentó a un diagnóstico de cáncer anal en grado tres y a las primeras olas de la pandemia. Comenzó enseguida las sesiones de radioterapia diarias, en total 30, y luego la quimioterapia. Incluso fue ingresada en dos ocasiones por los efectos adversos del tratamiento. Al cabo de meses, en junio de 2021 le diagnosticaron metástasis en el hígado y le extirparon dos segmentos de este órgano por laparoscopia. A pesar de todo, Marga lleva el positivismo por bandera:«Yo me defino como el optimismo personificado». Es una mujer bromista, tanto que incluso por las mañanas se levanta dando los buenos días a sus defensas para que suban. «Anteayer me llamó la oncóloga porque cada tres meses me tengo que hacer controles. Fue, de momento bien, así que tiro para adelante», expresa.
Aprendizajes
Ha aprendido a no ponerse límites. Todavía no se cree que haya sacado una oposición, cuando tan solo tuvo dos meses para estudiar en medio de un torbellino de emociones que deja un cáncer. Pero el aprendizaje que más saca de esto no es solo su capacidad, dice que «haber aprobado fue un subidón para mi autoestima», sino que «ahora vivo el día a día, saboreo los momentos y dejo de preocuparme de tonterías, las gilipolleces. Disfruto de pasear por la playa, de dar los buenos días y valoro todo».
También hay momentos malos en su proceso, como el día del diagnóstico:«Tienes que procesarlo todo, incluso llegas a pensar que me puedo ir y dejar a mi hija y a mi familia aquí». Sin embargo, se aferró a la vida y al lado positivo de las cosas. Este viernes se celebró el Día de la Lucha Contra el Cáncer y Marga Mateu no tuvo más que palabras de agradecimiento hacia los sanitarios y la AECC, entidad a la que acudió, sin premeditación, para pedir prestada una peluca, aunque con la quimio «al final no se me cayó el pelo». «Creo que todavía hay gente que, por miedo, no va al médico. Esto es una tontería porque la detección precoz es fundamental para detectar el cáncer», sentencia.