Un grupo de personas de las que no consta identidad ni filiación pero sí su condición de «activistas por los derechos de los animales» llevaron a cabo hace unos días una acción de protesta en la sede de la Federació Balear de Caça donde depositaron miles de cartuchos disparados y 'olvidados' por sus propietarios así como una carta firmada con un «Arruix caçadors» en el destinatario. Los cartuchos fueron esparcidos en la entrada de la federación de cazadores como forma de protesta, unos deshechos recogidos en «paseos, excursiones o simplemente saliendo de casa». Los responsables de la acción buscan al parecer desmitificar la figura del cazador como agente protector del paisaje y de la naturaleza en su conjunto. Por el momento la federación de caza de las Islas guarda silencio.
«Respecto a lo de los cartuchos no vamos a hacer ninguna declaración», precisaban fuentes de la federación de cazadores de Baleares consultadas por este periódico sobre lo sucedido, sin desmentir los hechos ni querer ahondar en los mismos. Al mismo tiempo una entidad, la Associació Animalista de les Illes Balears (ASSAIB), ha difundido en sus perfiles en redes sociales imágenes de la sede de los aficionados a la caza llenas de cartuchos vacíos. En la propia publicación recalcan que esta información les ha llegado de «forma anónima» y sin «reivindicación de autoría» alguna.
En base a lo que cuenta la carta, reproducida por ASSAIB en Facebook, aprovechando la noche de Reyes que queda no muy lejana los animalistas se plantaron en la sede de los cazadores para repartirles «vuestro carbón particular». La misiva indica que «estos 4.000 proyectiles no son más que una pequeña muestra del mar de mierda con la que los cazadores inundan los campos de esta Isla. Ha sido extremadamente fácil y rápido reunir tan elevada cantidad. No queremos ni imaginar los millones de cartuchos que permanecen sembrados por toda la Isla». Para terminar sentencia «aquí seguiremos, desenmascarando el disfraz de pacotilla con el que, cada vez con menos éxito, intentáis tapar vuestras manos manchadas de sangre».
En este contexto, la Federació Balear de Caza llama a sus más de 8.000 socios a apoyar la manifestación del 20 de marzo en Madrid en defensa del sector cinegético y contra las iniciativas del ejecutivo central, justo coincidiendo con la polémica organizada alrededor de la entrevista del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en The Guardian donde ponía en cuestión la actividad de las macrogranjas. De hecho la delegación insular facilita a sus socios un paquete cerrado con vuelos de ida y vuelta más transportes para acudir a esta cita. La movilización, tal y como se desprende de las convocatorias, persigue llenar la capital de España contra «la política anticaza del Gobierno de España». El lema con el que llaman a la movilización de los cazadores y simpatizantes es «animalismo o libertad».