La estampa que dejó este jueves la nueva protesta de la Resistencia Balear era la de manifestantes con luces y velas, máscaras, música y carteles reivindicativos, para reclamar su libertad. Más de cien personas –130 según la Policía Nacional y que recogió la Delegación del Gobierno– secundaron al empresario Víctor Sánchez, organizador de este acto, que marcharon a las seis de la tarde desde el Parc de la Mar hasta la plaza de España contra «la imposición» del certificado COVID en la restauración y en otros sectores, contra la obligatoriedad del catalán en las aulas y en las instituciones y para rechazar la vacunación en los menores de 12 años.
El promotor de este all in –por la variedad de colectivos en una misma marcha– quiso coincidir con la Diada de Mallorca para «ondear más banderas españolas y mallorquinas que alegales». Si bien el recorrido apenas sumó insignias, sí que agrupó a un grupo de extranjeros –la mayoría alemanes– que rechazan la vacunación.
Representaron su negativa a que se inoculen a menores llevando un carrito de bebé decorado de luces y frases como «no son vacunas, son experimentos». «Queremos libertad, no queremos pasaporte COVID ni que nos obliguen a las vacunas», dijo una joven. No hubo incidentes y tampoco se cruzaron con los soberanistas.