Decenas de voces, en representación de centenares de familiares de 124 personas represaliadas por el franquismo, y también el eco y reflejo de sus historias y sus sentimientos –que se evidenciaban en miradas de emoción y complicidad que se iluminaban por encima de las mascarillas que impone la COVID– se adueñaron anoche del espacio del auditorio principal del Palacio de Congresos de Palma durante el primer acto institucional de estas características y al que asistieron algo más de 500 personas.
Con motivo de la celebración del Día del recuerdo y reivindicación de los valores democráticos y la lucha por la libertad que quedó instaurado para cada 29 de octubre, con la aprobación de la Llei de Memòria y Reconeixements Democràtics, se rindió tributo a la víctimas del franquismo y a sus familiares.
Formalmente, lo que se hacía este viernes era entregar unos certificados que acreditaban que 124 hombres y mujeres habían sido víctimas de la represión franquista. Algunas fueron asesinadas y otras detenidas y desparecidas para siempre. Algunos cuerpos han sido localizados pero otros no. Acudieron representantes de todos los partidos, salvo Vox.
El mensaje de Oliver
Sus nombres fueron leídos uno a uno mientras sus familiares, en grupos de diez, los recogían sobre el escenario. Son certificados que van firmados por la presidenta del Govern, Francina Armengol, y por el vicepresidente Juan Pedro Yllanes ya que de su departamento depende el área de Memòria Democràtica.
Yllanes fue el primero en pedir perdón en nombre del Govern. «Pido perdón y disculpas en nombre del Govern porque llegamos tarde a esta reparación», dijo provocando el primero de los aplausos que acompañaron las intervenciones. En la misma línea fue la presidenta balear, que cerró el acto y afirmó que, posiblemente, ese era uno de los días más emocionantes desde que ocupa la presidencia. «Actos como este hacen más grande la democracia, estamos cerrando heridas, pero no hay que olvidar y tenemos que seguir adelante», añadió para dar expresamente las gracias «a quienes no se han rendido».
Quienes no se han rendido, aclaró, son las asociaciones memorialísticas de las diferentes Islas, que empezaron a moverse antes de que este asunto estuviera en la agenda política.
Portavoces de las asociaciones se dejaron oír pero fue la presidenta de Memòria Democràtica de Mallorca, Maria Antònia Oliver –nieta de Andreu Paris, cuyo nombre se citó junto a otros, un socialista asesinado sin que su cuerpo se haya localizado– quien se llevó el mayor aplauso.