Lluís Enric Apesteguia Ripoll (Deià, 1985), ganador de las primarias de Més y próximo candidato al Gover, siempre ha sido considerado un alcalde vocacional y comprometido. Cuando entró en política solo tenía 18 años y ya manifestaba una clara voluntad de trabajar por su pueblo desde una visión ecologista y de izquierdas, lo que le impulsó a formar una plataforma política (Agrupació DEIA) para presentarse a les elecciones de aquel año, aunque al figurar en el número cuatro de las lista, no resultó elegido. Lejos de desanimarse, siguió en política municipal activa en segundo plano hasta que en 2011, cuando encabezó la candidatura. Aunque para convertirse en alcalde tuvo que esperar dos nuevas convocatorias electorales, trabajando siempre desde la oposición. En 2019 se convirtió por fin en primer edil y poco más de un año después ya ha sido noticia en toda España por encabezar el primer consistorio en abandonar la Federación Española de Municipios y Provincias. Así es como ha expresado su protesta por el acuerdo de esta entidad con el Gobierno de España por el uso de los remanentes municipales congelados desde 2013 por la ley Montoro. Lo que ha hecho el alcalde de Deià, en realidad, no tiene nada de extraordinario, o no debería tenerlo, porque es precisamente lo que los ciudadanos esperan de sus alcaldes: las contribuciones deben ser para beneficio del municipio, no para tapar los agujeros del Estado. Este acto de Apesteguia se traducirá además en otro de rebeldía. El remanente se gastará casi su totalidad en la compra de un edificio emblemático del pueblo, que era una reivindicación histórica de los vecinos, o por lo menos de una gran parte de ellos. Apesteguia tiene claro que esto tendrá consecuencias. Sin embargo, de nuevo las asume "por completo" porque considera que es algo que va con el cargo.
Su vocación también le ha llevado a asumir responsabilidades supramunicipales. En 2010 fue elegido secretario general de las juventudes de PSM-EN y en 2015 fue conseller electo del Consell, entre otros cargos. Pero Lluís es, ante todo, alcalde. Cuida personalmente el día a día de la comunicación a través de las redes sociales, preside los plenos más abiertos de la historia de Deià y no deja de participar en todas las movidas del pueblo.