El sapo balear entrará a partir de ahora en el programa de reintroducción de especies iniciado con el «ferreret» en 1993. Así lo han acordado la Conselleria de Medio Ambiente del Govern balear y el Zoo de Barcelona. Además, estudiarán la viabilidad de abordar proyectos de reintroducción del espinoso y la «sargantana» pitiüsa.
El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, y la teniente de alcaldía del ayuntamiento de Barcelona y presidenta del Patronato de la Fundación Barcelona Zoo, Laia Bonet, acordaron el miércoles ampliar la colaboración que mantienen actualmente con el programa de reintroducción de los «ferrerets», ha informado este jueves el departamento autonómico en un comunicado.
El Zoo de Barcelona inició el proyecto de conservación del «ferreret» o sapillo balear (Alytes muletensis) en 1993. Desde entonces han nacido a sus instalaciones más de 1.500 ejemplares, el 95 % de los cuales han sido entregados a las autoridades mallorquinas para su reintroducción en el medio natural.
El proyecto se considera un éxito porque ha conseguido que de una especie que se consideraba extinta y de la que sólo se tenía registro fósil, tenga en la actualidad poblaciones estables en su hábitat natural.
Solo este verano, el programa para repoblar con el «ferreret» ha permitido reintroducir en la Serra de Tramuntana 57 ejemplares de este anfibio endémico de Mallorca que se encuentra en peligro de extinción.
El éxito de este proyecto ha llevado a ambas partes a acordar la ampliación de su colaboración con un nuevo proyecto de reproducción que afectaría al sapo balear (Bufotes balearicus). Esta especie está catalogada como «en peligro de extinción» en Ibiza, donde no se detecta en los últimos años.
La especie es objeto de un plan de recuperación (Pla Boscà) que contempla la reintroducción en hábitats favorables de ejemplares provenientes otros lugares. Por este motivo se ha acordado que el Zoo de Barcelona críe ejemplares de sapo balear provenientes de parentales de Mallorca.
Los ejemplares nacidos en cautividad serán trasladados a hábitats favorables rehabilitados en el seno de Pla Boscà.
Por otro lado, la Conselleria ha encomendado al Zoo que redacte, en base a su experiencia práctica, un protocolo de conservación del espinoso (Gasterosteus gymnurus) y la «sargantana» Pitiüsa (Podarcis pityusensis) que incluirá un estudio genómico de ambas especies.
El espinoso es un pequeño pez autóctono, catalogado como «vulnerable» y en serio peligro de desaparecer en el Parque Natural de sa Albufera de Mallorca, única localización natural conocida.
En cuanto a la «sargantana» Pitiüsa es una especie endémica distribuida en Ibiza, Formentera y los islotes periféricos, con un importante grado de diferenciación genética.
En los últimos años, está sufriendo una fuerte presión depredadora por parte de dos especies de serpientes introducidas a la isla por medio del comercio de plantas ornamentales.
El conseller Mir se ha mostrado «muy satisfecho de poder ampliar esta colaboración con el Zoo» y ha señalado que «las políticas de fomento y conservación de la biodiversidad tienen que estar al frente de cualquier gobierno que tenga como objetivo hacer frente a la emergencia climática».
La presidenta de la Fundación Barcelona Zoo considera que «estos proyectos y alianzas son los que dan sentido y explican el nuevo modelo de zoo, que sale de su recinto para involucrarse, in situ, en la conservación de especies endémicas del ecosistema mediterráneo».
«Tenemos la obligación de hacer del Zoo de Barcelona un referente en cuanto a la conservación de la fauna mediterránea, especialmente amenazada por el cambio climático»