En los últimos meses, el concepto violencia vicaria ha cobrado fuerza, especialmente desde que en televisión la hija de Rocío Jurado contará sus vivencias con el padre de sus hijos. A lo largo de la historia más negra de este país, encontramos multitud de casos de padres o madres que han acabado con la vida de sus hijos y, de una manera u otra, ellos mismos han dado la respuesta a sus hechos: la venganza. El vocal de Psicología Clínica del Col·legi Oficial de Psicòlegs de les Illes Balears, Toni Riera, alerta de la complejidad para encontrar explicaciones «a conductas tan salvajes» y cree que «se está enfocando demasiado en los últimos tiempos en darle una respuesta desde la violencia de género».
El caso de José Bretón, Tomás Gimeno o el más reciente, el niño dos años asesinado por su padre en un hotel de Barcelona, son actos de venganza confirmada contra la madre de los menores. En algunos de esos casos, el progenitor ha decidido también acabar con su vida.
La realidad, según este especialista consultado por Ultima Hora, es que «hay datos opacos» y «el filicidio por venganza o instrumental sólo responde a un tipo de mal». ¿La otra opción es que sea un enfermo? Toni Riera asegura que no siempre es la respuesta. «Lo cierto es que tenemos un problema para entender la violencia sobre los menores, y la única forma que socialmente tenemos para comprenderlo es la violencia de género o la enfermedad o trastorno mental. No hay una única causa, ni tenemos datos suficientes».
Riera considera que la violencia contra la menores «se ha tomado como un asunto menor y es la más flagrante de todas».