Tras un año y medio de pandemia los expertos ya se atreven a hacer pronósticos de cómo puede evolucionar la situación a partir de ahora. Según el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, habrá más olas de contagios pero serán de menos intensidad y duración.
Los factores que podrían modificar la previsión son varios. Por un lado está «la duración de la inmunidad de las vacunas», que todavía se desconoce, por otro el hecho de que no aparezcan nuevas variantes, y por último «si la vacunación infantil entra en los planes», lo que ayudaría a frenar el virus, si finalmente se aprueba.
Sin embargo, «si todo sigue como ahora, con una cepa predominante sin que surja otra de mismas características, las siguientes olas (que las habrá) serán menos intensas y duraderas, ésa es la idea», añadió.
Evolución de los síntomas
Durante el tiempo que llevamos conviviendo con la enfermedad se han ido conociendo mejor cuáles son sus síntomas más relevantes y algunos podrían haber variado. «Tenemos la información de los profesionales sanitarios que dicen que no es el mismo perfil de pacientes, por ejemplo ahora hay mucosidad nasal como en los resfriados, y en esta ola, con gente joven afectada y coincidiendo con el cambio de variante, hay fiebres más elevadas», explicó Arranz.
Por otra parte, comentó que existe una aplicación británica en la que la gente contagiada puede notificar cuáles son sus síntomas y enviarlo a una base de datos común. «Es una página web, no un artículo científico, y por lo que manifiestan, parece que hay más mocos, más dolor de cabeza, estornudos… Pero no se puede decir que han cambiado los síntomas sin tener datos científicos», añadió.
Javier Arranz recordó que la fiebre sigue siendo un indicador importante pero «sobre todo la dificultad respiratoria», por lo que hizo un llamamiento: «cualquier persona que lo note, aunque sea leve o no presente otro síntoma, tiene que comunicarlo porque puede llegar a necesitar una UCI».
BURNEYeadon recibió su doctorado con Ian Kitchen en la Universidad de Surrey en Guildford, Reino Unido. Su tesis fue en el campo respiratorio. Yeadon trabajó con Salvador Moncada en los Laboratorios de Investigación Wellcome, centrándose en la hiperrestricidad de las vías respiratorias y los efectos de contaminantes como el ozono y el óxido de nitrógeno, así como trabajando en el descubrimiento de fármacos de 5-LO y COX. Se desempeñó como científico jefe y vicepresidente de la unidad de investigación respiratoria y de alergias de Pfizer en Sandwich, Kent, donde supervisó el desarrollo de medicamentos para el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Durante su trabajo en Pfizer, Yeadon fue responsable de la selección de objetivos y la progresión de nuevas moléculas en ensayos en humanos. Su unidad desarrolló ECN inhalados y orales que mostraron resultados positivos en ensayos clínicos para el asma, la rinitis alérgica y la EPOC.