Es el tema destacado de la semana en el ámbito latinoamericano y produce múltiples derivadas. La salida de miles de cubanos a las calles para protestar contra sus precarias condiciones de vida, que a algunos les ha recordado al histórico 'Maleconazo' de 1994, ha traído a colación un viejo debate. Es una discusión que polariza mucho a quien la enfrenta: ¿es Cuba una dictadura?
Durante los acontecimientos que han sobrevolado la situación política de Cuba en las últimas horas hemos asistido a múltiples pronunciamientos, de toda clase. En el ámbito balear se han dado manifestaciones de apoyo a la población contraria al gobierno de origen castrista, y también ciertos pronunciamientos que avalan el actual statu quo en La Habana.
Lo mismo ha sucedido a nivel estatal, donde los distintos partidos han ido alineándose a un lado o al otro. Especialmente reseñable fue el debut de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior a su primer Consejo de Ministros. En ese escenario fue preguntada repetidas veces por la posición de los partidos que apoyan el Ejecutivo, y sudó para ofrecer una respuesta coherente. Con matices mostró las diferencias entre los socios de gobierno.
Este miércoles, en sendas entrevistas, las tres vicepresidentas del Gobierno han convergido al menos en algo: ninguna de ellas ha tildado de dictadura al régimen cubano, a pesar de las evidentes diferencias que a todos los niveles podemos encontrar entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz.
A continuación, una recopilación de las distintas posiciones en Baleares y España sobre una cuestión: ¿está sometida la sociedad cubana por una dictadura?
En el ámbito balear apenas ha habido reacciones públicas de parte de los partidos de la izquierda. No obstante, los dirigentes de PP, Vox y Cs sí han mostrado un compromiso contundente con la oposición cubana, algo que históricamente ya había sido así.
En estos términos se han expresado, respectivamente, Marga Prohens, Jorge Campos y José Ramón Bauzá:
En los tres casos no muestran tapujos en tildar de dictadura al gobierno cubano, siguiendo la estela de los pronunciamientos de sus líderes nacionales. ¿Y qué sucede si abrimos el espectro al resto del Estado? Aquí llega la confrontación, con matices.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido a la cuestión y ha marcado la línea política de todos los socialistas de España al aseverar que «es evidente que Cuba no es una democracia», pero se ha resistido a utilizar el término «dictadura».
Así, ha recalcado que debe ser la sociedad cubana, «sin injerencias», la que encuentre su camino hacia la libertad y la prosperidad. «Y la comunidad internacional deberá ayudar».
Enfrente el líder del PP, Pablo Casado, ha recrudecido su postura crítica contra el ejecutivo por evitar calificar a Cuba de dictadura, y ha afirmado que todo esto «no es casual», sino que responde a que Sánchez es presidente gracias a Unidas Podemos, «los socios de Maduro y los Castro».
Según ha recalcado, «jamás» un Gobierno de España de UCD, PSOE o PP había caído en «esta ignominia».
El portavoz político de Vox y eurodiputado, Jorge Buxadé, dejó claro el apoyo del partido a las protestas en Cuba contra su gobierno y declaró: «Ojalá esas imágenes sean el paso hacia la liberación de Cuba de la opresión de la dictadura castrista».
Por su parte, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y líder de Podemos, Ione Belarra, no ha aclarado si considera al Gobierno cubano como una dictadura y ha defendido, eso sí, que a este respecto la postura del Ejecutivo de coalición «es clarísima» y que España «ha mostrado su posición en muchas ocasiones».
Otras voces dentro de Unidas Podemos, como la diputada catalana Aina Vidal, sí admitieron que no consideraban a Cuba una dictadura, matizando en este caso su postura en aras de la libertad de expresión del pueblo cubano y la transparencia.
El único apoyo abierto y sin reservas al actual gobierno de Cuba desde el Estado español llega desde la izquierda abertzale.
De hecho muchos de sus portavoces se han pronunciado en una línea similar sobre este asunto, apuntando al bloqueo estadounidense como la principal causa del empeoramiento de las condiciones de vida en el país caribeño.
«Cobardía» es la palabra que define la postura del Gobierno en este asunto, según la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, quien echa en falta que, en cambio, afirme que «la Justicia española es venganza», por las penas impuestas a los líderes independentistas catalanes condenados por el 'procés'.