La celebración de Sant Joan, aunque no haya habido fiestas oficiales, ha provocado brotes de COVID-19 en Mallorca y Menorca. Así lo ha manifestado el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz.
En concreto, ha destacado que se ha detectado un brote en s'Arenal que afecta a 65 personas. Además, ha señalado que se han producido incrementos de la incidencia en zonas de salud como Trencadors o Son Serra.
Ante esta situación, Salut realizará un cribado masivo en Ciutadella y ha pedido el aislamiento social voluntario de los jóvenes menorquines. Además, está estudiando qué medidas tomar en Mallorca; podría hacerse también un cribado pero más localizado a determinados grupos de edad.
Esto ha provocado que la incidencia acumulada a 14 días haya subido hasta los 128,3 casos positivos por cada 100.000 habitantes. Es muy superior entre los jóvenes de de 16 a 29 años, exactamente es de 446. Otra parte importante es la de los padres que se infectan de sus hijos.
El portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas cree que esta tendencia podría revertir en unos días. «Estamos en una situación crítica, no podemos conocer qué porcentaje corresponde a los brotes y podría bajar rápidamente y cuáles a transmisión comunitaria», ha manifestado. Por ello, ha pedido mucha precaución. Sin embargo, posteriormente, ha aclarado sus propias palabras y ha asegurado que «no diría crítica, sino en una situación que nos preocupa a todos».
En este punto, ha advertido que el rastreo ahora es más complicado porque los jóvenes no conocen a todas las personas con las que han estado en una fiesta o no les dan tanta importancia al virus y no proporcionan el nombre de todos sus contactos estrechos.
Además, ha destacado que la vacunación ayudará a bajar la incidencia.