Román Piña Oms (Palma, 1937) es catedrático emérito por la UIB en Historia del Derecho y las Instituciones.
¿Los agermanats eran personas que luchaban por unos ideales nobles o criminales?
—Durante mucho tiempo (Joan Binimelis, Vicenç Mut...), la historiografía se refirió a los agermanats como unos asesinos miserables. En el siglo XIX, Antoni Furió o Alcántara Peña los defendieron como luchadores contra la corrupción y por la justicia. Desde hace 30 o 40 años, la historiografía trata de entender las causas y hechos, que es lo importante.
¿Está de acuerdo con la interpretación que históricamente se ha hecho de la Germania?
—Lo que le decía: hay que evitar estas divisiones entre buenos y malos y tratar de entender qué y por qué sucedió.
El tópico dice que la represión fue tan dura que los mallorquines no han vuelto sublevarse.
—La represión fue cruel. La mentalidad de los mallorquines se consolidó hacia aquello de ‘quedarse detrás del árbol'.
¿Cómo deben participar las instituciones en la conmemoración?
—Era importante conmemorarlas. Las instituciones hacen lo correcto. Cort no hace más que reproducir lo que hizo el Ajuntament de Palma en el siglo XIX.
¿Actuó bien Carlos V?
—Despreció la Germania: por ejemplo, rechazó las Claus que le ofrecieron los sublevados. En Castilla, València o Centro Europa hubo sublevaciones similares que también sofocó.