Profesor emérito de la Universitat Autónoma de Barcelona y ex jefe de farmacología del Hospital Vall d'Hebron, Joan Ramon Laporte es uno de los expertos más reconocidos sobre medicamentos. Esta tarde analizará las incógnitas y el estado actual de las vacunas contra la COVID-19 en una conferencia on line del Cercle d'Economnia de Mallorca.
¿Qué incógnitas quedan por resolver en las vacunas contra la COVID?
—Pfizer y Moderna hicieron ensayos en 20.000 personas cada uno y cuando publicaron los datos para las agencias reguladoras (el 27 de noviembre de 2020), apenas unas 400 personas llevaban más de tres meses y medio con la segunda dosis. Eso quiere decir que conocemos mal lo que puede pasar más allá de este periodo. Con otras vacunas se han visto efectos indeseados a medio o largo plazo. Con la gripe de 2009 hubo más de 200 casos de narcolepsia; en los años 70 hubo otra vacuna de la gripe en Estados Unidos que generó centenares de casos del síndrome de Guillain-Barré, que puede causar parálisis. Pueden pasar estas cosas y no es nada especialmente escandaloso, hay que ser conscientes que estamos en una especie de experimento global de seguridad de las vacunas en el que cada día que pasa sin malas noticias es un gran día. En el mundo, a 25 de enero, había 5,7 millones de personas vacunadas.
¿Puede una misma vacuna ser igual de efectiva en mayores de 80 años y menores de 10?
—No, de hecho no se han incluido a menores de 16 años en los ensayos clínicos. Los hay en marcha pero tardarán en dar resultado porque de momento la incidencia es muy baja y demostrar su eficacia es más difícil.
¿Cree que, según lo previsto, se llegará a vacunar al 70 % de la población española en verano?
—Soy escéptico. Estaría bien pero en el proceso de vacunación masiva de una población pueden pasar muchas cosas, ahora hay cortes persistentes de suministro que lo pueden retrasar. Además donde más se han vacunado, como es Estados Unidos, se han perdido miles de dosis por varios motivos. El mundo no es perfecto. Los modelos matemáticos son corregidos por la realidad. Hace diez meses que no sabemos lo que pasará mañana.
¿Está de acuerdo con la prioridad de los grupos elegidos?
—Hay que priorizar para racionalizar porque no hay para todos. La duda está en los pacientes que ya han pasado la COVID ya que sufren efectos indeseados más intensos de los esperable y ya están inmunizados. Puestos a priorizar, no haría falta. Una persona vacunada puede coger el virus y no enfermar pero sí ser transmisor, no se sabe si pasa.
Como catalán, valore la decisión de Illa de dejar el Ministerio para concurrir a las elecciones.
—Que vaya por delante en las encuestas alguien que no ha gestionado bien desde el principio demuestra que lo importante que es salir en la televisión.
En diez meses de pandemia, qué tratamiento se ha descubierto bueno para frenar la COVID?
—Hay tratamientos ya conocidos para otras enfermedades víricas similares. Para prevenir la coagulopatía se han utilizado anticoagulantes, cuando hay mucha afectación pulmonar son buenos los corticoides pero estos tratamientos no son específicos antivíricos como lo hace un antibiótico con una bacteria y sólo sirven en casos graves.
¿Qué opina del nuevo tratamiento de PharmaMar?
—Es típico que los lunes o martes haya anuncios para hacer subir las acciones. Hizo uno similar al principio de la pandemia.
¿Como cree que habrá evolucionado la COVID en un año?
—No sabemos si está para quedarse pero hay que prevenir una excesiva confianza en que las vacunas lo arreglarán todo porque hay muchas preguntas. Los ensayos son demasiado cortos para saber si la inmunidad dura y no sabemos si el virus mutará para evadir su efecto. Sería de agradecer más transparencia con la vacunación, no me creo que no se haya muerto nadie ya vacunado, como sí se ha visto en EEUU.