Nacido en Vitoria, criado en Cantabria y llegado a Mallorca hace una decena de años, Iván Sevillano (1985) es ingeniero y, desde 2019, conseller insular de Mobilitat i Infraestructures.
Empecemos por la vía de cintura y la oposición que ha suscitado limitar la velocidad máxima a 80 km. por hora. ¿No hay margen para flexibilizar o retrasar su aplicación?
—Somos conscientes de que estas medidas ofrecen resistencia: recordemos lo que pasó con las peatonalizaciones de las calles Oms o Blanquerna. Sin embargo, los que en su día se opusieron hoy no querrían revertirla. Dicho esto, hemos analizado lo que ha pasado en otras ciudades donde se han aplicado medidas similares de forma flexible o en cuentagotas y al final han acabado provocado contradicciones, confundiendo a la gente... Es mejor implementarla por completo. Llevamos un año estudiándola y la hemos anunciado con tres meses de antelación.
La oposición pidió que se haga con el aval de los técnicos.
—Lo tiene. Hay tres informes técnicos que avalan la propuesta.
Respecto al colapso de la vía de cintura, ¿no se evitaría construyendo el llamado tramo V de la vía conectora, el que enlazaría la autopista de Inca a la altura de Son Macià Vell con Son Sardina?
—A lo mejor a corto plazo sí, pero ¿qué nos ha demostrado construir más autopistas y más carriles? Que en poco tiempo se quedan pequeños. Apostamos por otro modelo. Además, los Acords de Raixa especifican que el tramo V no se hará.
¿Lo van a descatalogar?
—Está en el plan director de carreteras, que nos hemos comprometido a modificar. Y una de las cosas que haremos es desafectar trazados que apostaban por este modelo arcaico de más carreteras y más coches.
También está pendiente el tramo de la vía conectora entre Son Ferriol y el Coll den Rebassa. ¿Para cuándo?
—Los Acords de Raixa señalan que éste sí se hará. Estamos analizando distintas alternativas y cuando tengamos claro cómo se puede hacer lo comentaremos. Sin embargo, creo que este proyecto tiene que ir ligado al nuevo convenio de carreteras.
Han dicho que prevén modificar el plan director de carreteras (que establece las infraestructuras que se harán) y renegociar el convenio de carreteras (que asegura la financiación estatal de nuevas obras). Entiendo que quieren vincular el primero con el segundo.
—Así es. La idea es cambiar el modelo invirtiendo más en la red secundaria y menos en grandes infraestructuras, por un lado, y por el otro reelaborar la lista de proyectos que el Ministerio debería financiar. Entonces quitaríamos el tramo V, por ejemplo, y pondríamos pequeños proyectos que piden los pueblos, como hacer rotondas en intersecciones peligrosas.
Dicen que desde 2011 Madrid no ha transferido dinero al Consell por nuevas carreteras. Sin embargo, se han hecho los enlaces de Lloseta, del polígono de Marratxí, la vía conectora, etcétera. ¿Quién los ha pagado?
—Hasta 2011 llegaron 194 millones de euros, pero el Consell entonces solo había justificado una pequeña parte de ese dinero. Justo ahora hemos llegado a justificar lo recibido hasta 2011, precisamente con los proyectos que usted mencionaba. Etnonces, los ha pagado Madrid. Ahora estamos en condiciones de pedirles nuevas transferencias.
Presumen de ser pioneros en la utilización de un asfalto sostenible en el Estado.
—Es un asfalto, que reutiliza los restos del firme que se renuevea –lo que evita la extracción de material de canteras y al mismo tiempo disminuye la generación de residuos–, produce menos ruido y da más agarre a los vehículos gracias a la reutilización de neumáticos, que también iban al vertedero.
También han anunciado que no utilizarán herbicidas, pero ello incrementará el gasto en campañas de desbroce.
—Sí, sube el gasto en desbroce y en la retirada manual de plantas invasoras. Pero ya le he dicho que no queremos gastar en megaproyectos millonarios. Si tengo que invertir el dinero en algo, prefiero hacerlo en proteger el medio ambiente. En otras palabras: prefiero gastar en desbrozar que en la carretera de Llucmajor a Campos.