En plena cuenta atrás, es momento de vaciar cajones y carteras. El próximo 31 de diciembre se acaba el plazo para entregar las últimas pesetas al Banco de España, ya sean monedas o billetes. Y todavía queda muchos rezagados, pese a que el euro entró en circulación en 2002.
Los hay que han buscado información en Internet, ese pozo de datos, y algunas páginas cuentan que algunas de monedas podrían valer más de 1.000 euros. Pero no.
«Cada día vienen a verme hasta 15 personas, más la gente que llama por teléfono, para decirme que tiene pesetas», cuenta con mucha paciencia Emilio Trilla, numismático que se encuentra en el corazón de la Rambla. «La gente se enfada porque entra en Internet y encuentran anuncios en los que piden 1.000 euros por una moneda de 50 pesetas de Franco. Y creen que es su valor, pero esas expectativas no son reales. Hay mucha desinformación».
El Banco de España (con sede en la calle Sant Bartomeu, 16 de Palma) canjea ahora estas pesetas «por su valor facial. Es decir, 166,386 pesetas equivalen a un euro. Un billete de 1.000 pesetas son seis euros».
Aún así, hay ciertos billetes o monedas que son más valiosos. Los casos son excepcionales: «Un billete de 1.000 o de 500 pesetas de 1938 o 1940 en perfecta conservación puede valer 500 euros, y 40 si está usado. Los ‘impecables' son muy escasos porque había muy pocos billetes de este valor en circulación durante la postguerra», explica Trilla, que es miembro de la Asociación Española de Numismáticos Profesionales.
Los últimos billetes de pesetas que se acuñaron en España «son mucho más abundantes y no tienen valor para los coleccionistas. Es mejor aprovechar la oportunidad que brinda el Banco de España».
Trilla cuenta que solo tienen valor «aquellas monedas con tiradas muy limitadas que se hicieron para coleccionistas. Así, la peseta de Franco que salió en 1960 contó con 24 millones de unidades. La peseta de 1968 solo contó con 1.000 piezas, y se hicieron solo de prueba. Éstas últimas rondan ahora los 2.000 euros». Encontrar una de estas raras monedas es una lotería.
En 1944 se emitieron 144 millones monedas de 1 peseta y en 1946, apenas 200 salieron a la calle.
Otro asunto es el dinero republicano. «Al instaurarse el nuevo régimen pasó a valer nada. Todo el mundo tenía billenes que pasaron a ser mero papel. Fue una desgracia para mucha gente». El billete republicano es tan abundante que una peseta de estos años apenas se cotiza a tres euros.
En cuanto a las antiguas pesetas, su valor a partir del 1 de enero será el de una entrañable chatarra.