Antoni Mercant (Cala Rajada, 1962) es licenciado en Náutica y Transporte Marítimo por la Universitat Politècnica de Catalunya. Además, es capitán de Marina Mercante y a nivel profesional destaca su vinculación con Trasmediterránea, donde ha ocupado distintos cargos de relevancia desde los años noventa. En junio de 2018 fue elegido presidente de la Cámara de Comercio. La COVID-19 ha trastocado todas las previsiones económicas y empresariales, de ahí su inquietud.
¿Cómo han visto en la Cámara la evolución de la pandemia?
—Si en el pleno de enero nos llegan a decir lo que iba a pasar, nos hubiera parecido ciencia ficción. El problema más grave fue perder la movilidad aérea y marítima y tener cerrados puertos y aeropuertos. Esto no tiene precedentes en la historia de Baleares.
¿La movilidad es clave?
—Sin movilidad la economía de Baleares es imposible que pueda desarrollarse. El PIB balear depende en un altísimo porcentaje del turismo y no hay otro modelo económico. La industria y el sector primario lo fuimos abandonando hace 30 años y nos centramos en el sector servicios y el turismo. En una crisis como la actual, Baleares la sido la autonomías más afectada por esta motivo.
¿Se puede cambiar el actual modelo turístico?
—No se puede hacer fácilmente, ya que se trata de un modelo que funciona. Es cierto que es mejorable, pero es imposible cambiar el actual modelo económico por las grandes inversiones que habría que hacer. Nos tenemos que centrar en este impasse para mejorar el sistema que tenemos e invertir en todos aquellos sectores e infraestructuras claves para la competitividad de un destino vacacional.
¿Tienen que proliferar los test en la actual pandemia?
—Estamos en una situación muy compleja y con muchos sectores productivos tocados. De cara al 2021, lo lógico es que hagan más test y asegurar el estado de salud de los visitantes. Test rápidos y masivos para tener controlada la evolución de los contagios. Ser un destino seguro implica realizar grandes inversiones estructurales de cara al futuro.
¿Cómo analiza el rescate de Air Europa por el SEPI?
—La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) está para esto. Dependemos de la movilidad y la pandemia nos ha dejado muy claro que dependemos de la conectividad aérea y marítima. Sin movilidad es imposible que la economía de Baleares se desarrolle. El REB es ya papel mojado y muchas cosas han pasado a un segundo plano. Hay que priorizar objetivos y contar con mesas técnicas con prioridades de interés general.
¿Hay que buscar los fondos europeos que se avecinan?
—Aquí las mesas técnicas compuestas por especialistas de todos los sectores tendrían un gran trabajo, pero el principal sería poder pergeñar proyectos que se podrían financiar con los Fondos Generation EU. Presentar proyectos de futuro, objetivos y realizables que redundarán en una mejora de la economía de las Islas.
¿Cuándo volveremos a la normalidad?
—La Cámara de Comercio de España hizo un pronóstico hace meses en el que volver a la situación pre COVID-19 no se producirá hasta en los años 2023 y 2024. Es decir, que el momento de felicidad económica en el que vivíamos no llegará hasta estos años, siempre y cuando se hagan bien las cosas durante este largo camino que queda por recorrer.
¿Opina que hay que prorrogar los ERTE en 2021?
—Los ERTE son una figura que ya existía antes de la COVID-19. Son en estos momentos como un pequeño colchón para las empresas y trabajadores. Considero que los ERTE deberían prorrogarse hasta recuperar la movilidad pre COVID-19. Es más, no debería de haber un límite hasta lograr este objetivo. Por medio, hay que mantener las bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social hasta un 90 % y reducir el IRPF en torno al 50 % a los trabajadores.
¿Una apuesta por la internacionalización?
—Hay que seguir apostando porque tenemos que exportar tecnología turística. La Cámara acompaña a las empresas porque está en nuestro ADN. Ahora más que nunca hay que apostar por el comercio exterior.
¿Tienen que recuperarse la actividad de los cruceros?
—Creo que podemos tener dos cruceros al día todo el año. Se necesita planificación para ello y estoy al corriente de que se está en ello. El puerto de Palma, además, no necesita ninguna ampliación sino optimización de recursos.
¿Hay que apoyar la digitalización?
—Hay que luchar por ella, ya que no podemos tener la maquinaria administrativa que tenemos. Es insoportable económicamente y no se entiende que para una licencia de obras se tarde hasta 48 meses. Esto es una rémora para los empresarios y para la economía de Baleares.
¿Qué papel cumple la Cámara en esta coyuntura tan compleja?
—Un papel cohesionador de todos los aspectos empresariales y sectores. Somos una institución neutra que busca el interés general de las empresas, por lo que somos un buen aliado para todo el tejido productivo. Creamos unidad de empresa y evitamos reinos de taifas. La unión siempre suma.
¿COVID-19 y ‘Brexit' en 2021?
—La COVID-19 nos ha quitado al ‘Brexit' del horizonte, pero está ahí mismo y el uno de enero próximo entrará en vigor. Nos tenemos que preparar para ello y la Cámara va a colaborar con todo tipo de jornadas técnicas y sectoriales para preparar al tejido productivo y exportador.