Los trabajadores de la residencia Sèniors de Inca viven un auténtico «infierno» para atender las necesidades del centenar de usuarios de la instalación intervenida por Salut el fin de semana. UGT denunció ayer que en la noche del domingo al lunes los usuarios estuvieron atendidos solo por dos gerocultores (auxiliares de geriatría) y una enfermera. Cabe recordar que el centro tiene dos plantas.
A las puertas de la residencia los trabajadores guardaban este lunes un escrupuloso silencio por miedo a represalias. En su nombre habló Marta Balcells, responsable de Dependencia de UGT: «Ya ha habido represalias en otras ocasiones, ha habido incluso despidos por denunciar la falta de personal y de equipos».
La dirección del centro rechazó este lunes hablar sobre estas denuncias una vez que el centro ha sido intervenido por el Govern.
El IMAS confirma que hay una investigación abierta que tratará de determinar, entre otras cuestiones, si las denuncias del personal son ciertas. Los trabajadores aseguran que los equipos de protección individual «no tienen la calidad que deberían». «Estamos con chubasqueros que no nos podemos atar, las mamparas de protección no aguantan un turno y los guantes se nos rompen», aseguran los empleados.
Balcells dijo este lunes que los problemas de falta de personal y medios «no son nuevos» y que llevan «semanas pidiendo una reunión con la dirección para tratar estas y otras cuestiones, pero solo nos dan largas».
«Los trabajadores se pusieron en contacto con el sindicato y desde mediados de septiembre el comité de empresa pide una reunión con la dirección. El último turno de noche (se refiere al del sábado al domingo) ha sido sangrante», añade la representante sindical.
Turnos de 12 horas
Los trabajadores temen que la situación vaya a peor a medida que aumenta el número de positivos por coronavirus entre el personal. «La empresa quiere que hagan turnos de 12 horas, algo que no se puede soportar. Hablamos de trabajadores que se dedican de lunes a domingo por 900 euros», dice Balcells.
La representante sindical admite que el cómputo total de trabajadores en relación al número de usuarios cumple la ratio de 33 empleados por cada cien pero explica que «eso no es compatible con que de noche haya dos geriatras para cien usuarios. Es la prueba de que las cosas no se hacen bien y defenderemos a los trabajadores con uñas y dientes».
«Tenemos chubasqueros y guantes rotos»
Los trabajadores de la residencia Sèniors de Inca han hecho saber al sindicato UGT que trabajan con «chubasqueros que no se pueden atar» y mamparas y guantes «que se rompen antes de acabar el turno». El Govern ha abierto una investigación para determinar si las denuncias de los trabajadores son ciertas y mejorar los protocolos.