De nada han servido las buenas intenciones mostradas por la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Calvià y el Ajuntament en la reunión que mantuvieron hace un mes.
Los afectados por el cierre de los locales de ocio nocturno de Magaluf –y ahora también del resto del municipio– reivindicaron este viernes ayudas económicas directas a las administraciones ante una situación que califican de «crítica». Lo hicieron en una manifestación que congregó a cerca de 200 personas y que culminó en la calle Punta Ballena, siguiendo el mismo recorrido que en la protesta del 28 de julio.
«No tenemos ni para comer, estamos en la miseria», repitió a lo largo de la tarde el presidente de la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Calvià, Juan Rodríguez. El portavoz de la protesta acusó a las administraciones local, autonómica y central de haber arruinado al gremio hostelero con su gestión de la pandemia y criticó que se les sigan cobrando los impuestos a pesar de tener sus negocios cerrados.
Juan Rodríguez se mostró especialmente duro contra el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal. Del buen tono con que ambos se reunieron el pasado 11 de agosto, a reclamar su dimisión. En aquel encuentro, se comprometieron a verse para buscar soluciones en la primera semana de septiembre. No ha sido así, por lo que el presidente de la Asociación se siente «engañado» y critica la «falta de lealtad» del primer edil calvianer.
Entre los manifestantes que recorrieron las calles de Magaluf a ritmo de batucada se pudo ver a representantes de los tres partidos de la oposición calvianera, PP, Vox y Cs. Y al frente de un cuatriciclo a pedales, Marc, un joven trabajador de Palmanova que lamentaba tener que vender su coche para pasar el invierno.