La vuelta al colegio del 10 de septiembre ya se está calentando con movilizaciones por parte de los docentes, aunque dicen que el objetivo es que se implique a toda la comunidad educativa. Al mismo tiempo, los sindicatos muestran su preocupación por las condiciones en las que arrancará el nuevo curso, que según la Conselleria d'Educació empezaría en el escenario de nueva normalidad pero con la posibilidad de restricciones sobre la mesa.
De hecho, el sindicato UOB ya ha registrado ante Delegación de Gobierno la petición de movilizaciones «para primeros de septiembre y antes de la huelga que se podría convocar el día 14», dice Josep Palou, portavoz del sindicato. Eso sí, si se convoca la huelga, porque Palou advierte que «es el último recurso».
Indignación
Mientras tanto, UOB advierte que los docentes «están cansados, alarmados e indignados. El problema de la pandemia solo se puede arreglar con más espacio y más profesores». «Nos hemos enterado por la prensa de la posibilidad de empezar el curso con restricciones», añade Palou, que advierte que esto significaría «reducir ratios en Primaria e Infantil aunque no se garantiza el número de profesores ni los espacios».
En el caso de la educación secundaria, «si no se acompaña de los docentes necesarios, el profesor deberá hacer un doble trabajo para la clase presencial y luego la on line», dicen desde el segundo sindicato más votado de la enseñanza pública balear.
En cuanto a STEI, advierten que «no descartamos nada pero la huelga es el último recurso. Somos partidarios de agotar la vía de la negociación», dice Cosme Orell, secretario de educación pública del sindicato, que afirma que en Madrid, Andalucía y Asturias los profesores ya han convocado huelga.
Orell advierte que la semana que viene «convocaremos la junta de personal del sindicato y consultaremos a la afiliación. Es un tema complicado. Para cumplir las medidas de seguridad y bajar ratios es imprescindible negociar las condiciones laborales, que estarían afectadas por un cambio de escenario. Habrá que ver cuál es la letra pequeña de la semipresencialidad. Y si hay movilización, debe ser de toda la comunidad educativa».
Por su parte, ANPE exige la convocatoria de una Mesa Sectorial para una negociación en caso de que se confirme que el curso empezaría en el escenario B, es decir, con clase semipresencial a partir de los 14 años. En el caso de Infantil y Primaria, la presencialidad estaría garantizada si se pasa de nueva normalidad a restricciones y los grupos se dividirían en clases de 10-15 alumnos.
Según Víctor Villatoro, portavoz de ANPE, «no queremos que los centros se conviertan en focos de infección». En la reunión que tendrán la semana que viene con el conseller Martí March solicitarán «el alquiler urgente de aulas modulares para ganar espacios en todos los centros, aumentar el número de profesores, más allá de los 400 que ha anunciado Educació, y la presencia de una enfermera escolar».
Además, reclaman la inmediata convocatoria de una nueva mesa sectorial para negociar «las condiciones laborales ante del inicio del curso. Con el escenario B, se podrían establecer horarios de tarde para los profesores y todos se convertirían en tutores».
Cae la llegada de nuevos alumnos en Balears, con la ratio más alta del país
Solo el año pasado se contabilizaron 2.000 nuevos alumnos que llegaron a las Islas. Mientras tanto, en comunidades como Asturias, Extremadura o Castilla y León siguen perdiendo población escolar. «Este año baja la matrícula, se supone que por la pandemia», señala el portavoz de la UOB.
Pese a este leve caía, las aulas del Archipiélago se resienten del continuo incremento del número de alumnos mientras las inversiones, según el sindicato, no se corresponden. «En Dinamarca han vuelto a las aulas sin rebrotes pero ya tenían antes un ratio de 15 alumnos», dice Palou, mientras Balears «tiene las ratios más disparadas del Estado».