Una tesis defendida en la Universitat de les Illes Balears por Alicia Julibert demuestra la relación entre la ingesta de grasa y el riesgo de padecer síndrome metabólico, así como la importancia de consumir frutos secos para reducir el riesgo.
Según ha explicado la UIB este miércoles en un comunicado, Julibert García ha estudiado la ingesta de grasa en una población con y sin síndrome metabólico y ha evaluado la ingesta dietética nutricional de la población con esta patología.
Después de una intervención dietética y de actividad física en más de 6.800 personas de más de 55 años durante un año, la investigación ha demostrado que la ingesta de grasa y el riesgo de sufrir síndrome metabólico están asociados.
Con esta investigación, Alicia Julibert concluye que sustituir la ingesta de ácidos grasos saturados por ácidos grasos monoinsaturados o poliinsaturados se asocia a una disminución de sufrir síndrome metabólico, en el contexto de una dieta rica en vegetales, pescado, frutos secos y cereales integrales.
También señala que tener un índice de masa corporal más elevado y ser sedentario incrementan el riesgo de sufrir síndrome metabólico.
La investigadora concluye que las personas que sufren esta enfermedad presentan una ingesta baja de carbohidratos y fibra y a la vez una ingesta elevada de grasa total, más ácidos grasos monoinsaturados y menos ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6.
Es decir, que la dieta de las personas con síndrome metabólico se aleja de las recomendaciones para disfrutar de una alimentación saludable. Por otra parte, la investigación pone de manifiesto que consumir frutos secos disminuye el riesgo de sufrir síndrome metabólico.
De hecho, los componentes de esta enfermedad mejoran gracias al consumo de estos alimentos, puesto que ayudan a disminuir la circunferencia de la cintura, los triglicéridos plasmáticos, la presión arterial sistólica, el peso corporal y el índice de masa corporal, y aumentan los niveles de colesterol HDL.
El síndrome metabólico es una condición clínica caracterizada por sufrir obesidad abdominal, hiperglucemia, dislipidemia aterogénica (incremento plasmático de triglicéridos y disminución del colesterol HDL) e hipertensión. Las intervenciones dietéticas y de estilo de vida pueden ser más efectivas que el tratamiento farmacológico para prevenir el desarrollo del síndrome metabólico.
Esta tesis y el futuro trabajo de intervención del estudio PREDIMED-Plus contribuirán a mejorar la comprensión y el diseño del perfil de ácidos grasos de una dieta saludable para revertir las comorbididades del síndrome metabólico en sujetos de edad avanzada.
La tesis se ha hecho en el marco de la actividad investigadora del Grupo de Investigación en Nutrición Comunitaria y Estrés Oxidativo (Nucox) de la UIB, que también forma parte de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (Idisba) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y ha sido financiada por el Instituto de Salud Carlos III y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.