La Audiencia Provincial de Palma ha rechazado la demanda de una mujer que vinculaba la imposibilidad de continuar con su trabajo en el mundo del espectáculo con los problemas aparecidos en sus pechos y que ella vinculaba con una operación en la que se le colocaron prótesis mamarias.
La demanda argumentaba que, cuando tenía 21 años, decididó mejorar su imagen física «fundamental para la actividad profesional que realizaba» con el objetivo de conseguir mejores contratos profesionales. Sin embargo, tres años después de la intervención comenzó a tener dolores y una inflamación que provocó una deformidad en las mamas «que le impidió ser aceptada y aceptar los espectáculos que había venido realizando con anterioridad». Reclamaba, por ello, una indemnización de 90.000 euros.
La mujer alegaba que se le implantaron prótesis que luego fueron retiradas del mercado por riesgo de rotura. Sin embargo, la Audiencia rechaza la demanda, en primer lugar, porque no se ha acreditado que fuera una mala actuación del cirujano y la clínica las responsables del daño. La resolución señala que no se había producido una rotura de la prótesis ni se ha probado en el proceso que la intervención provocara los daños que aparecieron más tarde. «No se explica qué influencia ha podido tener el cirujano demandado ni que dejara de prestar sus servicios en la clínica con posterioridad a la intervención».
La segunda parte de la sentencia apunta a «la absoluta falta de concreción del importe de la indemnización que se interesa»: «No resulta que la situación en la que se encuentra la demandante tras la segunda operación le impida desarrollar la actividad profesional a la que se dedicaba anteriormente. Tampoco se han fijado los parámetros conforme a los cuales ha determinado la cantidad que reclama». La afectada puede reclamar ante el Tribunal Supremo.