La pardela balear o virot petit (Puffinus mauretanicus) es un ave marina protegida que tiene una gran particularidad: tan solo cría en Baleares y se encuentra en crítico peligro de extinción. Por este doble motivo, las administraciones locales y la ciudadanía deben tomar en especial consideración todos los aspectos relativos a su protección y conservación.
Se trata de una especie que durante gran parte del año emigra a las costas atlánticas, hecho que dificulta su seguimiento, y los entendidos la catalogan como el ave marina más amenazada de Europa.
El experto y estudioso de esta especie Miguel McMinn recomienda que lo mejor que puede hacer alguien que se tope con un ejemplar joven de virot petit es llamar al 112. Ellos derivarán a los profesionales indicados para cuidar del pollo y gestionar que llegue a la edad adulta con éxito.
«Durante el mes de julio muchos pollos de virot petit se desorientan en su primer vuelo, deslumbrados por las luces artificiales, y caen en zonas urbanas», explica. Si nadie se da cuenta y lo remedia, su final está cerca.
Por eso se ha difundido una infografía de la Iniciativa de Recerca de la Biodiversitat de les Illes que recoge los pasos a dar, en caso de que sea posible, para asegurar la supervivencia de la cría.
Estos pasan por recogerla con cuidado, con una tela, e intentar no lastimar su pico. Después conviene meterla en una caja de cartón con ventilación, dejarla en un lugar seguro y tranquilo y llamar al teléfono de emergencias 112. Es importante no darle de comer ni de beber. Así, entre todos, aseguraremos la presencia del virot petit en nuestras costas por muchas temporadas más.