La Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES) pidió reforzar la colaboración público-privada ante el nuevo escenario que se plantea en el ámbito sanitario. Así, para compensar la baja actividad prevista en un verano sin apenas turistas, las clínicas privadas piden que la Administración las tenga en cuenta para aliviar las listas de espera del sector público.
Advierten de que no sólo se ha paralizado la actividad durante dos meses sino que la nueva normalidad no permite recuperar la actividad ordinaria al 100 % lo que hará que las listas sigan aumentando.
La UBES hizo además un balance muy positivo de la gestión de la pandemia cuando han llegado a acoger hasta 3.549 estancias hospitalarias a causa de la COVID-19. 2.716 en planta y 833 en UCI.
Una de las medidas que se ha promovido en esta época es la receta electrónica privada. En Baleares a partir del miércoles han empezado a funcionar para los pacientes del Grupo Quirón aunque irá ampliándose y extendiéndose a medida que los modelos de prescripción utilizados por las diferentes entidades acrediten las condiciones necesarias.
Pruebas diagnósticas
Por otra parte, si bien durante el grueso de la pandemia se hicieron pruebas en laboratorios y clínicas privadas sin que Sanidad llevara un registro de los resultados, desde la semana pasada y a raíz de una instrucción del Ministerio para validar los cambios de fases por territorios, Salut recopila esta información que todos los centros recogían de forma exhaustiva y la envía junto con los datos de la sanidad pública actualizados.