Maurici Lucena (Barcelona, 1975) es economista por la Universitat Pompeu Fabra y máster en el Centro de Estudios Monetarios y Financieros del Banco de España. Fue portavoz del PSC en el Parlament de Catalunya y ha ocupado cargos de responsabilidad en entidades públicas, como el CDTI y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Pedro Sánchez le incluyó en el equipo de ‘sabios' que elaboró el programa electoral del 2015 y 2016. Desde mediados de 2018 es presidente de AENA, ente que gestiona una red de 47 aeropuertos en España.
La polémica con la renovación de Son Sant Joan le sorprende, pero dice que siempre se puede negociar cualquier tipo de solución. Es práctico, con convicciones firmes pero no dogmático.
¿Pensaba que iba a tener tantos problemas con el proyecto del aeropuerto de Palma?
—No, quizá porque tengo claro los aspectos sustantivos de la remodelación. Me cuesta creer que en algunos sectores suscite rechazo, más aún cuando todos sus aspectos son positivos: mejoramos la calidad de servicio, seguridad, la propia inversión de casi 600 millones de euros y no ampliamos el aeropuerto.
¿Qué es lo que han cambiado en la reformulación?
—Destacaría que no se va a ampliar el parking de pasajeros ni el número de plazas de estacionamiento para aeronaves, así como la apuesta de AENA por el tranvía por ser un tipo de transporte sostenible. Estoy convencido que esta remodelación de Son Sant Joan va a ser buena para la Isla, porque dispondrá de un aeropuerto más seguro, económico y sostenible, así como un impacto en la economía de la Isla. Nuestro objetivo fundamental es transformar Son Sant Joan, no masificarlo ni ampliarlo.
¿Qué opina de la polémica política que se ha creado ?
—Mi compromiso es reforzar los esfuerzos para convencer al conjunto de la sociedad mallorquina de que es un buen proyecto de remodelación. Hay y habrá diálogo para consensuar y adaptar la mejora del aeropuerto a los criterios de sostenibilidad que imperan en estos momentos en Mallorca.
¿Se va a incrementar la actual capacidad aérea?
—No está encima de la mesa aumentar la capacidad aérea. Si el territorio decide funcionar de un modo, lo lógico es que estemos de acuerdo con este tipo de necesidades. Pongo como ejemplo una metáfora muy explicativa: un aeropuerto es como una sala de cine en la que se ofrecen interesantes películas. No queremos hacer más grande la sala de cine, sino que sea más cómoda, segura y se pueden seguir viendo buenas películas.
¿Hay un compromiso medioambiental por parte de AENA?
—La sostenibilidad ambiental es uno de los retos que afecta al transporte aéreo. AENA tiene compromisos ineludibles en la mejora del impacto medioambiental en Son Sant Joan. Aquí, incluimos la construcción de una planta fotovoltaica en Son Bonet, que generará el 40 % de energía renovable en autoconsumo para los aeropuertos de la Isla. En Son Sant Joan hemos invertido 2,6 millones en instalar iluminación led y puntos de recarga para vehículos eléctricos. Reitero que AENA tiene el compromiso de hacer compatible el transporte aéreo con la conservación de entorno y las actuaciones previstas, además, no implican afección a la biodiversidad. Y ampliar el ocho el número de ‘fingers', significa reducir el consumo de queroseno de los aviones y que se utilicen menos las jardineras (autobuses) de transporte de pasajeros por la plataforma.
¿El cambio realizado en el proyecto cuenta con el visto bueno del Ministerio para la Transición Ecológica?
—Al reducir el proyecto original con la remodelación y reformulación que hemos realizado, de forma oficiosa se nos ha notificado que recibirá el proyecto el visto bueno porque no hay ampliación alguna. Y vuelvo a insistir, no se va a ampliar el aeropuerto sino simplemente modernizarlo y mejorar la calidad de todos los servicios.
¿Está previsto que crezca la actividad aeroportuaria en verano?
—En los meses de temporada alta estamos ya próximos de llegar a la máxima capacidad en Palma. Y como no está prevista aumentarla, el recorrido que queda es muy corto, de ahí que las cifra de pasajeros en verano hayan sido muy parecidas en 2018 y 2019.
¿Habrá cogestión aeroportuaria ?
—En esta cuestión hay que huir de cualquier controversia política. Pensamos que con el Comité de Coordinación Aeroportuaria y del Comité de Rutas la colaboración es muy satisfactoria. Y a la pregunta de si se va a romper el actual sistema de red de AENA, no está encima de la mesa hacerlo.
¿Se financia AENA con los Presupuestos Generales del Estado?
—No. AENA cotiza en Bolsa, con un 51 % de titularidad estatal y un 49 % privado. AENA se autofinancia con la gestión que realiza como ente y a través de su actividad comercial. Es más, en 2018 reportamos al Estado unos 1.000 millones de euros, fruto de los dividendos que recibe por contar con el 51 % y por el pago de impuestos (IVA, IAE o el IRPF). Somos la empresa, además, que más paga por IBI a los ayuntamientos, con un total de 300 millones de euros al año.
¿AENA utiliza Son Sant Joan para hacer caja?
—El esfuerzo económico que se va a realizar en Son Sant Joan entra dentro de los ciclos inversos en los aeropuertos. Somos una empresa que optimiza recursos y mejora infraestructuras, de ahí que los ciudadanos de las Islas cuando van a otros aeropuertos también se benefician de las mejoras. Se trata de poner en valor la red de AENA para que beneficie a todos. Y la actividad comercial es muy importante, ya que permite abaratar las tasas.