Sólo transformando nuestro modo de vivir podremos tener un futuro como sociedad. Es el mensaje que Manos Unidas está haciendo llegar a colegios como Sant Rafel o Jesús María, en Palma, donde ayer el misionero Gabriel Domingo Rodríguez hizo reflexionar a las nuevas generaciones. «Vuestras posibilidades son enormes», les dijo a los alumnos de ESO.
Y es que este año la campaña de sensibilización pone el dedo en una gran llaga, la del cambio climático, y señala que 18.000 personas mueren al día por causas relacionadas con la contaminación o que cada año se vierten al mar ocho millones de toneladas de plástico. «El cambio empieza siendo valientes cada uno de vosotros, esto no es cosa de políticos ni de grandes empresas», reflexionó.
Gabriel Domingo, sacerdote procedente del seminario de misiones de Burgos, ha centrado su labor de los últimos años en países africanos de donde destaca «la esperanza y muchos retos» en un mundo en el que «está todo por hacer».
Cuando a través de un vídeo les enseña a los jóvenes de Palma una realidad de desigualdades que muchos no conocen se preguntan qué hacer ellos. «Había un profesor de economía que decía: usemos el carrito de la compra como carro de combate», les responde Domingo como una buena manera de erradicar la pobreza de forma indirecta. «Tenemos el poder de elección de qué queremos comprar, qué no necesitamos o cómo reducir los plásticos», explicó.
En este sentido el nombre y la acción de la ecologista adolescente Greta Thumberg ha sido de gran ayuda. «Es una voz que pone el acento donde toca y eso siempre ayuda, además se ven reflejados en alguien de su edad». El misionero de Manos Unidas instó a los chicos a hacer algo porque «cuando seáis adultos o lo sean vuestros hijos ya no conocerán el mismo planeta».
La charla de Gabriel Rodríguez quiso inspirar y despertar conciencias «tendría que ser obligado que tuvieran una experiencia misionera o de voluntariado porque eso transforma, te sacude, y los mensajes sin embargo duran poco tiempo».
Rodríguez defiende que en cuanto a valores el Hemisferio Norte debería mirar más al del Sur. «Lo material ha ido relegando valores a la familia, la salud o el hecho de compartir, aquí, teniéndolo todo nos faltan motivos para ser felices», reflexiona.
Cada vez que regresa a España se sorprende por el cambio social en cuanto a la calidad de vida o las facilidades de acceso a la energía, la sanidad o a los medios de comunicación, una evolución en positivo proporcional a la pérdida de valores. «Poner un poco de freno al consumismo actual es una manera de empezar», les dice a los alumnos de Jesús María, a quienes les recuerda que no hay que perder de vista que «sólo por nacer aquí sois unos privilegiados».
Hay menos misioneros pero más voluntariado
En los últimos años ha cambiado el perfil de misionero. Si bien es cierto que cada vez hay menos compromiso de por vida, «puede ser que por las necesidades que se crean», dice Rodríguez, ahora también cada vez son más los jóvenes que se plantean hacer voluntariados y tienen experiencias solidarias en verano. «La preocupación por la vida de los demás ha logrado transmitirse», concluye.