La justicia francesa ha imputado a la farmacéutica Sanofi por el medicamento Depakine, causante, según los expertos, de malformaciones congénitas por su administración en el embarazo. En España, el asunto sigue su procedimiento civil y en Mallorca, Cati Gallardo, cuyo hijo es un afectado por este medicamento para la epilepsia, se muestra esperanza por esta imputación ya que, «además de la repercusión que ello tiene a nivel internacional, es importante para nosotros porque asienta un precedente».
La compañía aseguró que ha sido inculpada por engaño agravado y heridas involuntarias por la comercialización de este medicamento de valproato de sodio que comenzó a vender en 1967. La justicia francesa investiga desde 2016 si el medicamento, prescrito a personas con epilepsia y con problemas de bipolaridad, se recetó sin advertencias explícitas a mujeres embarazadas pese a los riesgos conocidos que tenía para el feto.
Eso mismo le sucedió a multitud de mujeres también en España y, con la creación de la asociación de afectados por el síndrome de ácido valproico, se ha puesto en marcha también un procedimiento contra esta multinacional. «Lo que ha ocurrido en Francia es importante porque permitirá que este asunto alcance conocimiento internacional. En España está costando mucho que nos hagan caso y una posible condena a Sanofi sería muy importante porque crearía un precedente», manifiesta Gallardo, cuyo hijo de 15 años padece una fetopatía asociada a la administración del Depakine.
■ Afectada por el Depakine en Mallorca: «Mi hijo nació con una fetopatía por culpa del medicamento» Afectada por el Depakine en Mallorca: «Mi hijo nació con una fetopatía por culpa del medicamento»
Esta familia de Mallorca, que lleva años luchando para dar visibilidad a su caso -también para que muchos otros afectados puedan asociar sus problemas a esta causa-, se muestra más que esperanzada por lo que está sucediendo en Francia. Allí, Marine Martin lleva años luchando para demostrar que Sanofi «es culpable del envenenamiento de miles de embarazadas», al menos 30.000 sólo en Francia. Sin duda, la imputación de la farmacéutica es un paso importante en su batalla.