Quería quedarse embarazada, así que insistió a su neurólogo: ¿Puedo seguir tomando ácido valproico (Depakine)? La respuesta fue afirmativa y así figura en los informes médicos. A Cati Gallardo le diagnosticaron a los veinte años crisis parciales epilépticas, como consecuencia de un angioma cavernoso en el cerebro y, desde entonces, tomaba 3 dosis diarias de Depakine 500. Le recomendaron no interrumpir las tomas y así que lo siguió tomando durante su primer embarazo, en el año 2002. A las 35 semanas de gestación nació David con «multitud de problemas», una fetopatía que desde hace sólo un mes está reconocida médicamente y relacionada a la exposición al ácido valproico.
El caso de David es uno de los tres que están reconocidos y diagnosticados en estos momentos en España. «Hoy sabemos que desde hace 25 años el Depakine tiene efectos negativos para el feto, pero se ha escondido, supongo que para no perder ventas. El prospecto no se ha cambiado hasta el año 2014 y no recoge todos los efectos que realmente tiene». David nació con diversos rasgos faciales y diversas malformaciones vinculadas hoy a los efectos de este medicamento, también le diagnosticaron hace casi un año autismo de alto funcionamiento. Durante mucho tiempo, Cati Gallardo sospechó del ácido valproico, pero nadie le daba respuestas, así que decidió que «lo que tenía que hacer es centrarme en el cuidado de mi hijo».
Una lucha ya de catorce años
David es un niño «fantástico», «es muy bueno», pero hay que «estar constantemente pendiente de él». Tiene catorce años y reconocida una incapacidad del 65%. Su familia se ha volcado en él desde que nació. Le encanta la Formula 1, saca buenas notas a base de mucho esfuerzo, de muchas horas de trabajo en casa. Es un joven que «se apunta a todos los bombardeos, aunque luego se ve en medio y no sabe qué hacer».
Va al instituto público de Santanyí. Se levanta pronto porque «va a su ritmo. A sus 14 años sabe hacer muchas cosas, pero hay otras que todavía le cuestan como atarse los zapatos, peinarse o llevarle la mochila porque pesa mucho y no puede. Le llevo yo al instituto y al salir empieza la lucha de la tarde».
En su escritorio, desde hace muchos años hay dos sillas. Siempre me he sentado a su lado, de pequeño le tuve que ayudar mucho. Ahora no le hace falta, pero sí tengo que estar a su lado para que no se despiste. Desde septiembre tiene reconocido el autismo. Para la vida intelectual no necesita ayuda, pero sí para la vida social, para comportarse en clase, para relacionarse, para compartir cosas, … ».
Responsabilidad del Depakine
Hace unos meses, a través de una amiga, descubrió que en Francia había una asociación de personas afectadas por el Dekapine. «El pasado verano conocí a dos madres españolas y al ver las fotos de sus hijos descubrí que tenían los mismos rasgos que David. Ahí me di cuenta de que realmente sí podría ser por el Depakine. Si se sabía que tenía esos efectos es cuando tomo conciencia de que hay que hacer algo».
Contactaron con un abogado especialista en estas materias y le recomendaron que visitaran al doctor Ortega, de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Universitario de Murcia, que concluye «clarísimo» que lo que tiene el menor es una fetopatía por exposición al valproico durante el embarazo. «Con todo esto me he dado cuenta de que quince años después todavía se sigue dando a mujeres embarazadas y que muchas mujeres tienen a sus hijos y tienen problemas y no saben que es debido a esto. Hay que parar esto y es en edad fértil. En Francia se ha prohibido y además hay la primera sentencia contra Sanofi».
Cati defiende que «las madres tienen derecho, aunque ya no se pueda evitar, a saber que lo que tienen sus hijos se puede deber a esto. Y a ser indemnizada. El dinero no lo va a arreglar pero esa compensación económica es la única manera que podemos garantizarles un futuro a nuestros hijos, para que económicamente no tengan que depender de nadie».
Cati Gallardo y las otras dos familias han puesto en conocimiento de los hechos a la Agencia Española del Medicamento y han denunciado a Sanofi, la empresa distribuidora del Depakine. El próximo 17 de abril se celebrará un acto de conciliación en Madrid.