El delegado del Gobierno en Baleares en funciones, Ramón Morey, ha criticado el tono que alcanzó el debate de investidura, los insultos y malas palabras, así como las presiones a los diputados para que cambien su sentido del voto, que ha calificado de «intolerable y un ejemplo de muy mala política».
En declaraciones tras asistir a la celebración de la Pascua Militar en el Palacio de la Almudaina, Morey ha manifestado que confía en que la segunda votación que se celebra este martes dé lugar a la investidura de Pedro Sánchez como presidente y que «las cosas saldrán como deben salir y en que todo el mundo será responsable y fiel a su compromiso a la hora de dar su voto».
«No creo que cambie mucho respecto a lo que pasó el otro día», ha manifestado Morey sobre el resultado de la segunda votación del martes, después de que el sábado Sánchez recibiera 166 votos a favor -faltaba la diputada de En Comú Podem Aina Vidal, ausente por enfermedad-, 165 en contra y 18 abstenciones, que impidieron la investidura por mayoría absoluta.
Según Morey, «es un momento histórico, tras un largo proceso de interinidad y en funciones».
«Hace mucha falta en este país que el Gobierno empiece a funcionar, porque tenemos muchos retos de muchos tipos que afrontar y es necesario de manera urgente. Esperemos incluso que el viernes pueda haber el primer Consejo de Ministros y se empiece a tomar medidas porque es urgente y necesario», ha defendido.
Sobre las presiones recibidas por varios diputados en relación con su sentido del voto, Morey las considera un hecho «bastante grave».
Según Morey, en un debate político, «siempre se puede intentar convencer a otro, a un contrincante, para que se pueda replantear posiciones, pero todas estas reflexiones que se hagan a un rival político siempre deben hacerse conforme a las reglas del juego y a la buena fe».
«Lo que se puede es presionar, ni amenazar, ni hacer pintadas delante de tu casa, ni se puede insultar: eso es intolerable y un ejemplo de muy mala política», ha asegurado. «Esperemos que no sea una constante en la legislatura, que haya sentido común y que el debate político, dentro de la discrepancia, se haga de acuerdo a unas reglas del juego lógicas», ha pedido el delegado del Gobierno en funciones.
Morey ha apelado al respeto entre los diputados porque considera que «lo que se dijeron ayer, los insultos que se profirieron, son intolerables y no entran en el juego político limpio».