Va a dejar Podemos, en el que creyó y que le ha desilusionado. Fue presidente del Parlament balear la pasada legislatura y, hasta ahora, ha sido concejal de Felanitx. Baltasar Picornell (nacido en 1977), a quien sus amistades llaman Balti, seguirá haciendo política. De momento, desde la calle. Eligió él, entre los posibles, el lugar de la fotografía.
¿Podemos no había cambiado cuando aceptó ser candidato a Felanitx?
— Sí, ya había empezado a cambiar, pero desde entonces ha ido a peor. Ya faltaba comunicación y las decisiones se tomaban en grupos más reducidos. Pero todo ha ido a más. Por eso dejo el Consejo Ciudadano y, tras el pleno, también Podemos.
¿Dónde se va?
— De momento, además de buscar trabajo, vuelvo al activismo. Hay mucho movimiento en la calle, más de lo que parece. ¡Quién sabe si todo eso confluirá en algo organizado!
¿Hay espacio para recoger lo que fue Podemos?
— Hay gente desencantada de Podemos. Pero también de Més. Y grupos ecologistas. Y una potente red de activismo municipal. Y proyectos que van surgiendo. Todas esas inquietudes, también la del feminismo, podría confluir en un proyecto de unidad popular.
¿Una especie de CUP a la balear?
— O una agrupación de electores. Desde luego, no un partido tradicional que es en lo que ha terminado por convertirse Podemos; un partido tradicional con todos sus defectos.
¿Cuándo empezó a ir todo mal?
— Cuando empezaron a vaciarse los círculos y dejó de funcionar de abajo a arriba. Aquí, en las Islas, con el cambio de dirección, después de las primarias de 2018. Es cierto que estábamos en el Consejo Ciudadano Autonómico pero como el Consejo de Coordinación era mayoría la otra parte, las decisiones se tomaban allí. Eso ni lo niegan. Incluso dicen que ganaron quienes querían gobernar.
¿Esa es la clave de todo? ¿Formar parte o no del Govern?
— Gobernar ha pasado factura a Podemos, desde luego. Teníamos más fuerza fuera del Govern. Ahora, en esta legislatura, es como si Podemos hubiera desaparecido. Antes éramos los críticos y ahora ese papel lo lleva Més y, sobre todo, Més per Menorca que sin participar en el Govern consigue más.
¿No le gusta la gestión de Yllanes y De la Concha?
— ¿Cómo es posible decir que se protege el territorio y luego mantener abiertas las canteras de Establiments? ¿Cómo va a ser compatible la sostenibilidad y la autopista a Campos? ¿Por qué se da marcha atrás en la limitación del diésel?
¿Huertas y Seijas tenían razón?
— Lo que pasó no tiene nada que ver con lo que decimos nosotros. Había mucho debate en el Consejo Ciudadano, las reuniones se prolongaban horas y horas, duraban hasta la madrugada y lo que se decidía era por amplísima mayoría. Si fueron expulsadas fue por intentar supeditar a la aprobación de los Presupuestos de Baleares a sus intereses. Recuerdo muy bien aquellos días.
Unos días que le llevaron a presidir el Parlament. ¿Quién le propuso?
— Había sonado el nombre de Marta Maicas para sustituir a Xelo Huertas en la presidencia del Parlament. Todos nos habíamos puesto a disposición del partido. A mí me llamó Alejandro López [secretario de Organización ] y me preguntó que cómo veía que fuera yo.
¿López acertaba entonces?
— Le dije que me lo pensaría y consulte al resto del grupo. Laura [Camargo] que es mi referente político me dijo que lo veía bien.
«El Parlament me mola un montón», me dijo al dejar el cargo.
— Aprendí mucho, me ha servido para hacer política aunque la municipal es más directa. En el Parlament las preguntas se presentan con más tiempo. En la vida municipal, al momento. La política es más de picar piedra.
Habló con el Rey, me dijo que era una persona muy normal. ¿Sigue siendo republicano?
— Hay que distinguir la persona de la institución que representa. Yo entré en política para derogar la monarquía parlamentaria. No me gusta el régimen monárquico, hace agua por todas partes. El Rey es un simple defensor de la Constitución del 78.
Podemos también defiende ahora la Constitución...
— No es el Podemos que a mí me ilusionó. Defender hoy la Constitución de 1978, que es lo que hace el Rey, es defender un libro antiguo con el que no se identifica mucha gente. El Rey tiene que aceptar el diálogo o marcharse de España. O, y me gustaría dejarlo claro, lo mejor que podría hacer el Rey es marcharse de España.
¿Qué opina de Gloria Santiago, de Podemos, vicepresidenta del Parlament y ‘youtuber'?
— Entiendo la política de otra manera. Yo soy más de calle. Un like [un ‘me gusta' de las redes sociales] sólo es eso. Y, puestos a elegir, prefiero que mis likes vengan de asuntos que tienen que ver con Baleares. Hay que luchar por hacer méritos aquí, no en Madrid.
Intuyo que no espera mucho del pacto estatal PSOE-Podemos...
— Mal han empezado, dejando pasar un 155 digital que van contra el activismo social.