Por cada viaje de negocios que realiza una mujer, los hombres llevan a cabo tres. Esto supone una pérdida anual de 2.350 millones para el turismo de negocios de España. Así se desprende del estudio ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en turismo' que presentó este jueves en Palma el consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer.
La hotelera mallorquina es una de las empresas que integra ClosinGap, una plataforma cuyo objetivo es analizar el impacto económico que tiene para la sociedad el hecho de que las mujeres no cuenten con las mismas oportunidades, y de la que forman parte también Merck, Mapfre, Vodafone, Repsol, l'Óreal España, Mahou San Miguel y Solán de Cabras, PwC, Bankia y Grupo Social ONCE. Su presidenta, Marieta Jiménez, indicó que estas empresas ya han iniciado acciones internas a favor de la igualdad de género, si bien su finalidad es sentarse con las administraciones para que las mujeres puedan elegir en las mismas condiciones que los hombres en todos los ámbitos de la sociedad.
Precisamente Escarrer, durante su intervención, se refirió a las medidas que impulsa, desde 2011, Meliá en favor de la igualdad de género. La hotelera contrató el año pasado a un 25 % más de mujeres que hombres y más del 50 % de la «cantera de talento» de sus futuros directores de hoteles son féminas. También se han incorporado medidas de conciliación para padres y madres durante el primer año del hijo y se ha ampliado la presencia de la mujer en el consejo de administración, aunque solo hay tres de un total de once miembros. «Hay que incrementar esta cifra, del mismo modo que queda mucho por hacer en materia de igualdad», dijo Escarrer, en referencia también al conjunto de la sociedad. El informe revela que el hecho de que las mujeres realicen menos viajes de negocios no se debe solo a que éstas ocupan menos puestos de directivos, de ahí la importancia de la conciliación.
La tendencia cambia cuando se trata de viajes personales. Las mujeres realizan 2,2 millones de viajes más al año que los hombres, están más planificados y son de tipo cultural, bienestar y visitas a familiares. Los viajes de los hombres, en cambio, son gastronómicos y deportivos. «Persisten viejos estigmas», concluyó Escarrer.