La Tierra, entre 3 y 3,2 millones de años atrás. Los niveles de dióxido de carbono son similares a los actuales y la temperatura está entre 2 y 3 grados por encima de la época preindustrial. Actualmente, superamos ese valor con una oscilación de entre 0,5 y 1 grado. Con esos parámetros, el nivel del mar se situaba 16 metros por encima del actual.
Estos datos corresponden a un estudio internacional que relaciona los diferentes niveles del mar con los del dióxido de carbono y las temperaturas. En el estudio participan las universidades estadounidenses de Florida del Sur, Nuevo México y Columbia, y el Grup de Recerca en Ciències de la Terra de la UIB. El estudio ha sido publicado en la versión digital de la revista Nature y próximamente lo hará en la de papel.
Según Joan Fornós, profesor titular de Geología de la UIB e investigador del estudio, «las cuevas litorales nos dejan cristalizaciones de carbonato cálcico que nos marcan los diferentes niveles del mar en el interior de estas cavidades. Por primera vez, contamos con datos fiables de niveles muy antiguos, que oscilan entre 3,2 y 4,4 millones de años.
Asimismo, conocemos la presencia del dióxido de carbono y las temperaturas de esas épocas, y a partir de ahí podemos establecer relaciones directas entre todos estos factores».
Si hace más de tres millones de años, el nivel del mar estaba 16 metros por encima del actual, hace 4,4 millones de años era 23 metros superior, con una temperatura 4 grados por encima del valor de la época preindustrial.
Fornós señala que «a partir de estos datos, podemos deducir que, con la tendencia actual, el nivel del mar en 2100 subiría entre 0,5 y un metro por encima del actual», si bien el investigador destaca que el estudio no tiene, en principio, una intencionalidad relacionada con la lucha contra el cambio climático. Aun así, sus resultados pueden ser aprovechados por organismos e instituciones públicas y privadas a la hora de afrontar el calentamiento global.
Los científicos han descubierto, analizado e interpretado hasta seis niveles del mar en las cuevas de Artà, aunque también han trabajado en otras cavidades de la Isla.
Concretamente en las cuevas de Artà, la presencia de depósitos de cristalizaciones oscila entre 2,8 y 5,3 millones de años atrás.
Fornós indica que «la Tierra está sometida a un cambio climático constante, pero, actualmente, a las causas naturales que pueden provocarlo hay que superponer las causas antrópicas, es decir, generadas por el hombre».
Asimismo, el profesor destaca que «el estudio nos ofrece una calibración de los modelos aplicados para estudiar el cambio climático. Nos da unas referencias concretas en la relación entre dióxido de carbono, temperatura y nivel del mar. Además, hasta ahora solo teníamos datos de 2,8 millones de atrás. Ahora hemos llegado mucho más lejos».
Desaparición de playas
Con un aumento del nivel del mar de entre 0,5 y 1 metro en el año 2100, Fornós explica que «las playas de Mallorca retrocederían. El problema es que en buena parte de ellas se ha creado una barrera artificial en su parte posterior, por lo que no tendrían posibilidad de retroceder y solo les quedaría la desaparición. Zonas bajas como el Pla de Sant Jordi o s'Albufera quedarían anegadas y también desaparecerían».