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El Consell de Mallorca forma a camareros para combatir los excesos con el alcohol

El Consell destaca que las fiestas populares son «un momento crítico» puesto que es el momento en que muchos jóvenes se inician en el consumo de alcohol. | Antoni Pol

| Palma |

El Consell de Mallorca considera que una de las maneras de combatir los excesos con el alcohol es formando a los que se encargan de servirlo. Así, 185 camareros –tanto profesionales como ocasionales– han realizado y superado el curso de dispensación responsable de bebidas alcohólicas que ha ofrecido el IMAS (Institut Mallorquí d’Afers Socials) este verano y del que ya se han realizado dos ediciones. En septiembre se ofrecerá otra.

El curso está dirigido a todos los profesionales que trabajan en algún lugar en que se sirvan bebidas alcohólicas, pero especialmente a los que los que atienden en las barras de las fiestas de pueblo. Estas barras son a menudo explotadas por colectivos juveniles o asociaciones locales (los quintos, entidades deportivas, etcétera) sin conocimiento alguno sobre el consumo de alcohol. En muchos casos, el mismo personal consume y sirve.

Desde el IMAS recuerdan que la normativa prescribe que los titulares de las barras de fiestas deben justificar su participación en un curso sobre dispensación de bebidas y acreditar que la mitad del personal cuenta con esta formación. Para superar el curso debe realizarse una formación teórica y acudir a una sesión presencial.

Servicio responsable

El Consell ha editado un cartel con normas y recomendaciones para exhibirlos en las barras cuyo personal ha superado el curso. El cartel recuerda que no se servirá alcohol a menores y que se pedirá el DNI en caso de duda, que se busca evitar los problemas derivadas del consumo excesivo y que «por lo tanto, no serviremos más alcohol a quién manifieste síntomas de embriaguez, que el personal trabaja sin consumir y que «se puede alternar el consumo de bebidas con y sin alcohol».

Fernando Tauroni, propietario de un local en Sóller y camarero ocasional en barras de fiestas populares, valora positivamente el curso, que ha superado. «Te enseñan a servir alcohol con responsabilidad en las fiestas y a poner límites. Te orientan sobre las cantidades máximas y te enseñan a lidiar con los borrachos. A veces hay que decir basta y recomendar otra bebida», señala. «En resumen, hemos aprendido a estar más pendientes de ayudar que de vender alcohol».

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