La caída en picado de los ingresos por habitación (RevPar) en los establecimientos hoteleros ubicados en Cancún y la Riviera Maya como consecuencia de la plaga de algas (sargazo) y los descuentos que se realizan para evitar la fuga de los turistas americanos y canadienses a otros destinos vacacionales del Caribe está afectando negativamente a las pequeñas y medianas cadenas hoteleras de Baleares presentes en el estado mexicano de Quintana Roo.
La fuerte inversión realizada en los dos últimos años para implantarse en la Riviera Maya y el no recuperar los ingresos por explotación de hace un semestre ha provocado que estas cadenas se hayan visto obligadas a poner en venta hoteles suyos en Mallorca para hacer frente a los pagos bancarios con el fin de amortizar los préstamos concedidos.
A esta situación hay que añadir el incremento del clima de inseguridad por los carteles de la droga en todo el estado de Quintana Roo, circunstancia que ha motivado que los touroperadores americanos, canadienses y europeos estén ofreciendo alternativas a los turistas que tenían reservada sus vacaciones en este estado mexicano.
Punta Cana y Bávaro, en la República Dominicana, son los enclaves que están captando el mayor número de desvíos de turistas. El nivel de preocupación es máximo, ya que pese a las medidas de control de algas que realizan las cadenas y servicios de voluntarios para limpiar las playas, la plaga va a más y no hay tendencia de que remita.
Reservas
La caída de ocupación desde Cancún hasta el final de la Riviera Maya, las ruinas de Tulum, ha sido progresiva desde el mes de marzo, afectando ello a la contratación de trabajadores y al mantenimiento de los complejos vacacionales.
Los hoteleros buscan todo tipo de alternativas para compensar a los turistas, pero ver las playas llenas de algas, el mar sucio y en el horizonte bancos de algas que se acercan «no es gratificante, de ahí las quejas que se plantean contra los touroperadores por no avisar de antemano con lo que se van a encontrar en este destino, que hasta no hace poco era uno de los más demandados por los mercados turísticos emisores, en concreto el norteamericano».
Las inversiones económicas realizadas en los dos últimos años por medianas cadenas mallorquinas para implantarse en esta zona, en la que están presentes las grandes cadenas de Baleares desde hace más de veinte años, se están viendo afectadas por los descensos alarmantes de las ocupaciones en los establecimientos y porque no se están cumpliendo las expectativas de negocio.
Este cúmulo de circunstancias es lo que ha motivado a las cadenas afectadas a variar su estrategia y optar por la venta de inmuebles en Mallorca.