El actual capitán del Alan Kurdi, Waldemar Mischutin, ha señalado este jueves en Palma que gobiernos como el de Italia «no tienen derecho a prohibir una entrada pacífica, pero aún así lo hacen». El barco de rescate de la organización alemana Sea Eye se encuentra estos días en la capital.
Mischutin ha querido mostrar su agradecimiento con Palma, porque ha señalado que se les «trata muy bien y porque tienen muy buena acogida por parte de las autoridades y de la ciudadanía». Además, al estar en el Mediterráneo, se trata de un punto estratégico que les permite hacer muchos viajes.
En esta última travesía la embarcación ha hecho dos rescates: el primero de 65 personas, que llevaban casi tres días en el mar, y el segundo de 44, tras diez horas en el agua.
Recorrido
El Alan Kurdi cuenta con unas dos habitaciones en las que se almacenan los suministros no perecederos. Además, en la parte trasera del barco hay una pequeña sala donde comen la tripulación y los pasajeros. También tienen una zona de asistencia sanitaria, para realizar los chequeos médicos necesarios y comprobar que los pasajeros no tengan ningún tipo de enfermedad o dolencia.
La forma de actuar en los rescates es localizar a las personas y aproximarse a la embarcación con dos lanchas pequeñas, en las que entran unas diez personas. Una vez en el Alan Kurdi, se hace a las personas un chequeo médico, se les proporciona agua y comida y se duchan. Además, se les entrega ropa limpia.
El capitán alemán explica que como no tienen espacio en el Alan Kurdi, las personas rescatadas suelen estar un día en la cubierta descansando y durmiendo. Por este motivo es tan importante que puedan encontrar un puerto rápido.