«Tenemos los recursos suficientes y vamos a seguir siendo operativos durante toda la temporada alta y en invierno. Y a la pregunta de si vamos a acabar el año, sí que lo vamos a lograr porque ahora somos un grupo turístico viable», afirmó este martes en la Platja de Palma el CEO de Thomas Cook, Peter Fankhauser, ante los rumores de quiebra y cese de operaciones desde hace meses por problemas financieros.
Fankhauser añadió que «hemos conseguido el apoyo de los bancos y ello nos da la absoluta seguridad para mantener nuestras operaciones en los destinos turísticos y el futuro del grupo turístico».
Este apoyo económico de las entidades financieras, según indicó, se tiene que traducir con la desinversión de activos. «La venta de nuestras compañías aéreas nos dará la máxima flexibilidad económica».
Reconoció que el verano 2019 no será fácil «porque hemos reducido capacidad aérea y cupos de camas para concentrarnos en nuestra oferta hotelera fuerte y hacer frente, de este modo, a la fuerte competencia de precios que están realizando Turquía, Egipto y Túnez, donde las familias británicas y alemanas han vuelto a viajar».
Para conseguir estos nuevos objetivos, el grupo se he embarcado de lleno en sus proyectos hoteleros estrella: Cook's Club y Casa Cook.
El responsable de la división hotelera del grupo, Enric Noguer, que acompañó a Fankhauser en la rueda de prensa, puntualizó: «En los momentos de crisis se generan momentos de oportunidades. En su momento fuimos líderes en la venta de paquetes turísticos y ahora hemos decidido apostar por la inversión en los hoteles de marca propia. En España está previsto que lleguemos a los 40 millones de euros en dos años».
Fankhauser, pese a esta táctica de tranquilizar los ánimos empresariales en Baleares, sí que les lanzó un mensaje: «Nuestra estrategia pasa por vender activos aéreos y que los hoteleros nos apoyen. Hay que normalizar los precios, porque así debe ser para ser competitivos. Además, impuestos como la ecotasa tampoco ayudan a ello».