La Semana Santa palmesana comenzará con la procesión de los estandartes, este Viernes de Dolores a las 19.30 horas, y finalizará con la del Santo Entierro el Viernes Santo, y supondrá en total la celebración de nueve procesiones en las que se espera la participación de unos 4.800 cofrades.
La procesión de los estandartes irá desde la Iglesia de los Capuchinos hasta la Basílica de Sant Francesc, con Antonio Cañellas como encargado de leer el pregón, acompañado del Coro del Colegio de Abogados de las Islas, ha informado el Obispado de Mallorca en una nota.
El evento central de la Semana es la procesión del Santo Cristo de la Sangre, que se iniciará el Jueves Santo a las 19 horas en la Iglesia de la Anunciación y en la que participarán más de 4.500 cofrades y numeroso público.
El obispo Sebastià Taltavull acompañará durante todo el recorrido el Santo Cristo hasta la Catedral de Mallorca, donde presidirá una breve oración.
Para el Domingo de Ramos está programada una procesión a las 18 horas, que irá desde la Parroquia de Sant Jaume hasta el Monasterio de la Concepción, y que contará con la participación de todas las cofradías.
Dos procesiones se darán cita lunes 15 de abril: La del Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de la Esperanza y la Paz y la del Santo Cristo de los Boters.
El Martes Santo, la imagen de la Virgen Dolorosa saldrá en procesión desde la Parroquia de San Nicolás a las 21 horas, hasta la Iglesia de la Anunciación (La Sangre). Allí permanecerá hasta que salga con el Santo Cristo el Jueves Santo.
El miércoles 17 saldrán dos procesiones: La del Santo Cristo de San Cruz y la procesión del Camino de Getsemaní.
Finalmente, el Viernes Santo la Basílica de Sant Francesc será el punto de partida de la Procesión del Santo Entierro, a las 19 horas. Terminará en la Iglesia del Socorro y acto seguido tendrá lugar la solemne ceremonia del Santo Entierro.
Además de este calendario de procesiones, muchas parroquias organizan las tradicionales procesiones de «encuentro» el Domingo de Pascua, como expresión de la alegría de la Resurrección y verdadera meta de la Semana Santa católica.