«Que el pediatra es el profesional mejor preparado para la atención de salud de un niño es algo que no debería ser ni cuestionado ni discutido, no precisa demostración por evidente, está claramente especificado en el programa formativo de la Especialidad de Pediatría, que requieren cuatro años de formación específica». ¿Y por qué en la atención primaria de Baleares el 50 por ciento de las plazas están cubiertas por médicos no pediatras? Sucede así desde hace ya muchos años, aunque algunos menos desde que se incorporara esta especialidad en los años ochenta en el primer nivel asistencial.
La Asociación de Pediatría de Atención Primaria de las Islas Baleares (APAPIB), a quien corresponde la declaración inicial de este artículo, ha salido una vez más a defender la necesidad de mejorar esta cifra de cobertura. «En La Rioja la cobertura de plazas por parte de pediatras es del 100%. ¿Por qué en Baleares tiene que ser del 50%?, ¿no tenemos el mismo derecho?, ¿son más unos niños que otros?», preguntan.
Si de las 114 plazas que hay en Baleares, sólo 56 están cubiertas por pediatras, ¿quién atiende a mi hijo? Es la pregunta que se hacen muchas familias después de que una última encuesta a nivel nacional reflejara que Baleares es la comunidad autónoma con mayor plazas de pediatría en atención primaria cubiertas por médicos que no lo son; fundamentalmente, médicos de familia o especialistas en medica general. «Las familias tienen derecho a la información, a saber quién les está atendiendo. Cuando uno llega a una consulta no sabe si el que le atiende es un pediatra o un médico de familia», explica la presidenta de la citada asociación, Marianna Mambié.
Los pediatras en este aspecto no culpabilizan de la situación a su colegas, sí a la administración. Apuntan que «la población no está en riesgo» por esta cuestión; pero «la asistencia médica sí lo está», apunta Mambié, porque al fin y al cabo un especialista en medicina general «pasa sólo dos meses por pediatría», no tiene una formación específica. No obstante, aclara, que «en ningún momento es una guerra contra estos médicos que han evitado, entre otras cosas, que se cierren consultas» y señala que el problema es más de fondo.
Más plazas y más atractivas
Lo que reivindica la citada asociación es que se aumenten las plazas MIR y que se hagan atractivas las plazas de Baleares, con compensaciones por la insularidad reales, como ocurre en otras comunidades autónomas. «¿Cómo es posible que pediatras de otras comunidades con turnos de tarde desde hace quince años y con 50 o 60 pacientes al día, como está sucediendo, no se sientan interesados por venir a Baleares?», se preguntan. «Faltan incentivos».
Mientras la administración no da soluciones en el corto plazo, los pediatras han lanzado una propuesta para reorganizarse, mediante la redistribución de las plazas de pediatría de toda Mallorca con el fin de mejorar el servicio.
Niños sanos
La APAPIB lamenta que la justificación de que la atención primaria se mantenga así es que «atendemos a niños sanos», pero «se olvidan, entre otras cuestiones, de la prevención de la salud para detectar patologías antes de tener un problema. Porque lo que no se conoce no se diagnostica».
¿Qué problemas se pueden dar por la falta de pediatras? «Que un médico lleve quince años cubriendo una plaza de pediatría sin serlo le permite tener una experiencia en práctica clínica, pero sigue sin tener un título y una formación especializada que lo acredite», afirman los pediatras.
Este problema generó la pasada semana un encontronazo entre los pediatras y un cargo del IbSalut. Mambié explica que Rosa Duro, subdirectora de Primaria, dijo en un medio de comunicación que «no hay ningún estudio que demuestre que un pediatra atiende mejor a un niño que un médico de familia». La afirmación generó indignación entre el colectivo, que calificó de «irresponsables» sus palabras.
La presidenta de la APAPIB explica que uno de los problemas que genera no tener las plazas cubiertas de pediatría es que «se derivan muchos casos desde la atención primaria a los hospitales de referencia», algo que «no ocurría con una atención más potente en el primer nivel asistencial».