El servicio de orientación jurídica contra el maltrato animal del Colegio de Abogados recibe dos o tres consultas al mes desde que se puso en marcha el pasado mes de junio. El coordinador de la comisión en defensa de los derechos de los animales, Manuel Molina, explica que, desde que arrancó este servicio han recibido consultas «desde casos concretos de maltrato flagrantes hasta personas que no saben a quién acudir». Los abogados que, de forma altruista y gratuita, participan en esta iniciativa informan a qué instancia acudir ante un posible caso de maltrato, si plantear una denuncia penal o acudir a la vía administrativa y sobre qué documentos serán necesarios.
Molina explica que, en general, existe un «gran desconocimiento sobre cómo actuar de forma eficaz». Pone como ejemplo la «inercia» de denunciar casos de maltrato a animales en las redes sociales. «Desde que se constituyó la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales (ABADA), en 2011, detectamos que primero la gente acudía a las redes y muchos casos se quedan ahí y no llegan a nada», explica.
La mayoría de consultas que recibe el servicio proviene de particulares, aunque también hay un porcentaje menor de asociaciones de protección de animales. Molina señala que muchas de estas organizaciones son «excelentes» en su labor pero que carecen de formación jurídica para actuar en casos de maltrato. Los abogados llevan a cabo acciones de formación con ellas.
La gran mayoría de las consultas que han recibido estos meses los abogados se refieren a posibles situaciones de maltrato a animales domésticos en zonas urbanas. Se trata de casos más fáciles de detectar que aquéllos que atañen a granjas o criadores. Molina refiere situaciones como perros confinados en balcones o terrazas sin cobijo o casos de envenenamiento tanto de canes como de gatos. Algunos de los casos se han plasmado en denuncias formales, como el del restaurante en el que se mataban palomas en el patio.