El acto de entrega de la silla de Antonio Maceo por parte de Pedro Sánchez a las autoridades cubanas alcanzó una gran solemnidad. Se celebró en la plaza de armas de el Palacio de los Capitanes Generales de la Habana, bajo la estatua de Cristóbal Colón, ante el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, y el historiador oficial de la ciudad, Eusebio Leal, uno de los artífices de la devolución. También intervino una niña que glosó a Maceo.
La silla estuvo expuesta en el castillo de Bellver, ya que su titular es Cort por legado del hijo de Valeriano Weyler, en 1931. Pedro Sánchez consideró esta devolución como un «símbolo de historia y reencuentro» entre Cuba y España. A su vez, dijo que «hoy culmina un proceso jurídico y administrativo de casi 20 años, que tiene como resultado el regreso de la silla al museo de La Habana en préstamo temporal renovable». Esta cesión, que es por dos años, se puede ampliar todo el tiempo que se desee. Cort no ha puesto ningún problema ya que su aspiración es recuperar la cimera del rey Martí y la espada atribuida de Jaume I, reclamadas por orden de Fernando VII.
Sánchez añadió: «Esta silla es símbolo de la independencia de Cuba; pero hoy también representa a dos pueblos hermanados por una historia común».
Al recibir la silla, Eusebio Leal afirmó que con este préstamo «se ha tocado un de las fibras más sensibles para el pueblo cubano. Somos depositarios de algo más que esta silla, somos depositarios de la sangre de nuestros antepasados españoles». El próximo día 7 se abrirá en La Habana unas exposición a la que acudirá el concejal de Cultura de Cort, Llorenç Carrió (Més).
Según el Casal d'Amistat Balears-Cuba, no podrá acudir Conxa Obrador, diputada autonómica del PSIB, que también ha intervenido en la negociación, porque «el PP se opone a que el Parlament le pague el viaje», aseguró Gerardo Moyà, dirigente del Casal.