La fiebre de la algarroba no cesa. Este año se presenta como extraordinario, con una abundante recolección que todavía no ha sido cuantificada oficialmente y unos precios que ya han alcanzado los 60 céntimos por kilo. En años anteriores, sus valores oscilaban entre los 21 y 28 céntimos por kilo. De hecho, para calibrar la rentabilidad de un campo de algarrobos, normalmente se toma como referencia el precio de 25 céntimos por kilo.
Estos altos precios, que ya casi triplican los normales, han dado lugar a que la recogida de la algarroba haya sido prioritaria frente a la almendra.
Cronólogicamente, a partir de mediados de agosto, se recoge la almendra y se deja la algarroba para más adelante, entrado ya septiembre. Sin embargo, este año ha ocurrido al revés.
Ante la expectativa generada por unos precios disparados, se recogió primero la algarroba y se dejó la almendra para después. La explicación de estos precios se encuentra en la escasa producción de años anteriores, dando lugar a un stock insuficiente en un mercado internacional no es ajeno a la especulación. Baleares es una de las autonomías que más algarroba produce y se está beneficiando de esta situación.
Precisamente, en la Comunitat Valenciana ya se han detectado robos de algarrobas para su posterior venta en el mercado negro. La Asociación Valenciana de Agricultores, integrada en Asaja, ha reclamado a la Delegación del Gobierno la puesta en marcha de una campaña especial de vigilancia para combatir los robos de algarrobas en las explotaciones de esa comunidad.