El Pleno del Ayuntamiento de Palma ha aprobado de forma inicial la ordenanza reguladora del uso cívico de los espacios públicos, más conocida como ordenanza del botellón, con los votos a favor del equipo de gobierno y la abstención de la oposición.
La regidora de Seguridad Ciudadana Angélica Pastor ha reconocido que esta ordenanza podría haber llegado antes y la aprobación definitiva se espera para el mes de septiembre.
Tanto ciudadanos como PP criticaron que pese a tratarse de una regulación imprescindible llega muy tarde. La portavoz del PP, Margalida Durán, ha segurado que llega dos años tarde por las peleas de los socios de gobierno y que es una ordenanza descafeinada que no va a poder estar en vigor para este verano, además ha exigido que se le dé cumplimiento.
El pleno también ha aprobado de forma definitiva la ordenanza de terrazas con los votos a favor del pacto y los votos en contra del PP y Ciudadanos.
Esta ordenanza ha sido duramente criticada tanto por ARCA, como por la Asociación de Vecinos del Raval de Santa Catalina y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma.
El presidente de la Federación de Vecinos, Joan Forteza, ha asegurado que llega tarde y mal y ha preguntado si la recuperación de un 6% del espacio público recupera una nueva ordenanza.
Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos es Raval de Santa Catalina, Pere Felip, tildó de barbaridad antisocial esta nueva ordenanza que, ha asegurado, es prácticamente idéntica a la anterior. Ha dicho que el proceso participativo ha sido una auténtica tomadura de pelo y una pérdida de tiempo para la ciudadanía. También desde ARCA, Àngels Fermoselle, ha considerado una tomadura de pelo esta nueva normativa porque los cambios «son más que mínimos son ridículos», ha dicho.