Los barcos de pesca de arrastre de Mallorca han decidido alargar durante unas 5 semanas las paradas biológicas voluntarias que suponen que dejan de pescar un día a la semana y que han llevado a cabo por primera vez a lo largo de tres años, en vistas de que han permitido la recuperación de recursos pesqueros.
El sector ha decidido alargar voluntariamente las paradas temporales que se han realizado durante tres años consecutivos y que terminaban en marzo, de manera que las continuarán hasta mediados de mayo, ha informado la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.
Según la Conselleria, las paradas han permitido recuperar los recursos pesqueros, como indica que las barcas de arrastre han pescado 1,02 toneladas por semana y embarcación en 2018, saliendo cuatro días a la semana, prácticamente la misma cantidad que la pescada en 2015, cuando salían cinco días a la semana capturaban 1,07 toneladas por semana y embarcación.
En el primer trimestre de este año, los barcos de pesca de arrastre han suprimido las salidas correspondientes a 496 días (entre paros voluntarios y debidos al mal tiempo) y han salido 1.243 días. Los días que han dejado de salir para reducir el esfuerzo pesquero, siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea, han sido 252 (un 20 % de los que sí que han salido), ha informado a Efe la Conselleria.
El hecho de que haya disminuido este esfuerzo pero no así el rendimiento hace que el sector se haya concienciado y haya decidido por iniciativa propia alargar los paros de un día a la semana en Mallorca, al menos hasta mediados de mayo.
La Conselleria ha subrayado que un incremento de las capturas en paralelo a la reducción del esfuerzo es uno de los paradigmas del concepto de pesca sostenible.
Las 36 barcas de arrastre salen ahora una media de 34 días en el primer trimestre, mientras que antes de los paros salían 41 días.
Las jornadas en las que se hacen estas interrupciones son consensuadas por los propios pescadores con la intención de afectar lo menos posible al abastecimiento de la lonja.
De este modo, en Mallorca, donde amarra la mayoría de la flota, las barcas que salen en las cinco zonas diferenciadas (Palma y Puerto de Sóller, Andratx, Santanyí, Cala Rajada y Alcúdia y por último Portocolom) paran en días alternos.
Esta modalidad de parada se hace de acuerdo con los informes del Instituto Español de Oceanografía que establece medidas de protección para las poblaciones de las especies de pequeños pelágicos como la merluza, el salmonete de fango, el pulpo, la gamba o la cigarra.
El origen de estas paradas se engloba en el marco del Fondo Europeo Marítimo de Pesca (FEMP), por el que se compensa a los pescadores por los paros mediante ayudas, que son gestionadas conjuntamente entre el Fondo de Garantía Agraria y Pesquera (Fogaiba) y la Dirección General de Pesca y Medio Marino, mientras que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente hace el pago, con una financiación del 50 % a cargo del FEMP.
Con los paros se cumple así el Reglamento de la Unión Europea y otras normativas estatales y de la comunidad autónoma relativas a la pesca, que destacan la necesidad de adoptar medidas de gestión para la explotación sostenible de los recursos pesqueros en el mar Mediterráneo.
El objetivo es establecer un marco de gestión eficaz para la protección estricta de determinadas especies marinas y la conservación de los hábitats naturales y la fauna y la flora marinas.